Desde el Secretariado Episcopal para la Pastoral del Trabajo y la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), hemos estado en la Parroquia de El Salvador de Bailén, acompañando a familiares, amigos y vecinos, en el entierro de Manuel Jesús Moral, que sufrió un trágico y terrible accidente laboral, ocurrido el 3 de junio, cuando trabajaba en una cantera de áridos de Villanueva de la Reina, quedando sepultado por toneladas de lodo, al ceder una balsa colindante.
Hasta última hora, han confiado en que el cuerpo de Manuel Jesús se encontrara con vida; “Mientras hay vida hay esperanza”, “Era un muchacho joven lleno de vitalidad y muy trabajador”, este era el sentir de familiares y de algunos vecinos. Manuel Jesús, tenía 35 años, natural de Villanueva de la Reina, y estaba residiendo en Bailén compartiendo vida con su novia y deja a padre, hermanos y familiares totalmente destrozados.
Para nosotros, la vida es sagrada, como hijos de Dios y y queremos expresar nuestro dolor y solidaridad a los familiares, amigos y vecinas y vecinos; “Dios consuela a quien sufre, así como sufrió Él, y está cerca de cualquier situación de indigencia y humildad. Con su fuerza cada uno está llamado a un compromiso efectivo de solidaridad y de apoyo ante quien es víctima de accidentes en el trabajo. Apoyo que se debe extender a las familias, que sufren también y necesitan consuelo. “(Discurso del Santo Padre a la Asociación Nacional de Mutilados e Inválidos del Trabajo, 2018).
Estas tragedias, con el sufrimiento personal y familiar que implican, han de ser mejor conocidas también por la comunidad eclesial, como nos recuerdan los obispos españoles: “Todos los cristianos debemos implicarnos en la defensa de la vida en el trabajo, porque el compromiso al servicio de la vida obliga a todos y cada uno. Es una responsabilidad propiamente «eclesial», que exige la acción concertada y generosa de todos los miembros y de todas las estructuras de la comunidad cristiana. Dios quiere que el trabajo sea fuente de vida, tanto para las personas que lo realizan como para la sociedad en general”.
Cada año la realidad de los numerosos accidentes de trabajo nos desborda. En Jaén en lo que va de año es el cuarto accidente mortal laboral ¿Somos conscientes del sufrimiento que padecen las personas y las familias afectadas? Detrás de cada accidente hay una persona, una familia.
“NADIE, ABSOLUTAMENTE NADIE, DEBERÍA PERDER LA VIDA POR TRABAJAR”
Secretariado episcopal para la Pastoral del Trabajo
Hermandad Obrera de Acción Católica. HOAC
