El pasado 25 de marzo, solemnidad de la Encarnación, la Diócesis de Almería se engalanaba de fiesta para celebrar la beatificación de 115 mártires, en el proceso conocido como Deán José Álvarez-Benavides y de la Torre y 114 compañeros más, postulado por el juez diocesano, D. Rafael Higueras Álamo.
Dos de los sacerdotes incluidos en este proceso de beatificación, y muertos por el odio a la fe, eran naturales de Jaén. En concreto, D. Aquilino Rivera Tamargo nacido en Peal de Becerro y D. Francisco Martínez Garrido, natural de Siles.
Por este motivo, el Obispo de Jaén, Don Amadeo Rodríguez Magro, se trasladaba hasta la localidad serrana de Siles, el pasado viernes, para presidir una Eucaristía de Acción de Gracias por la beatificación del sacerdote, natural de la citada villa, D. Francisco Gregorio Martínez Garrido. La Eucaristía estuvo concelebrada por el párroco de Nuestra Señora de la Asunción de Siles, el sacerdote D. Francisco Javier García Moreno.
En la homilía, el Obispo quiso destacar la figura de este nuevo beato mártir jiennense, que murió el 14 de Enero de 1938 a los 72 años, en la cárcel de Vélez Rubio en Almería. El sacerdote, ordenado en Granada, era junto con el otro presbítero jiennense, mártir ‘testigos de la fe en el Señor’ , D. Aquilino Rivera Tamayo, párroco y coadjuntor de Santa María de Huesa, provincia de Granada.
Durante la celebración eucarística, también el Obispo de Jaén celebró el Sacramento de la Confirmación de 49 jóvenes y adultos de las Parroquias de Siles, Benatae, Torres de Albanchez, Génave, Villarrodrigo y Orcera.
Asimismo, Don Amadeo descubrió, al término de la Eucaristía, una placa conmemorativa de la beatificación de este sacerdote natural de Siles, e inauguró el libro de firmas de la Parroquia.
