
Este domingo, 25 de junio, se realiza en los templos e iglesias de toda la Iglesia Católica la colecta llamada «el óbolo de San Pedro». Se trata de una colecta anual para el mantenimiento de la Santa Sede y las caridades del Papa.
Esta colecta manifiesta el sentido de pertenencia a la Iglesia y de amor y confianza en el Santo Padre. Es un signo concreto de comunión con él como sucesor de Pedro, y también de atención a los más necesitados, a quienes el Papa siempre cuida.
Los donativos de los fieles al Santo Padre se emplean en obras misioneras, iniciativas humanitarias y de promoción social, así como también en sostener las actividades de la Santa Sede. El Papa, como Pastor de toda la Iglesia, se preocupa también de las necesidades materiales de diócesis pobres, institutos religiosos y fieles en dificultad (pobres, niños, ancianos, marginados, víctimas de guerra y desastres naturales, ayudas particulares a Obispos o Diócesis necesitadas, para la educación católica, a prófugos y emigrantes, etc.).