El pasado sábado, 11 de enero, se celebraba, como viene siendo habitual en torno a la fiesta de San Raimundo de Peñafort, la apertura del Año Judicial en nuestra Diócesis del Santo Reino.
Así, a las 12 horas, en la Casa de la Iglesia, comenzaba la Eucaristía presidida por nuestro Obispo, Don Sebastián Chico Martínez, y concelebrada por el Vicario Judicial, D. Andrés Segura Moya; otros miembros del Tribunal Eclesiástico de Jaén; el Vicario Judicial del Tribunal Eclesiástico de Guadix, D. Juan José Toral Fernández, y otros sacerdotes de la Diócesis vecina.
Don Sebastián comenzaba su homilía recordando a los presentes que cada año, en este inicio de un nuevo curso del Tribunal Eclesiástico, próximos a la memoria de San Raimundo de Peñafort, del patrón de los juristas, se reúnen en torno a la mesa del Señor “para encomendarle el inicio de este nuevo curso, para que el Espíritu Santo guíe nuestros pasos y nos otorgue sabiduría, prudencia y justicia en todas nuestras decisiones y tareas”.
Del mismo modo, el Pastor diocesano recordó que, como cada año, comienzan un nuevo Año Judicial se renueva su compromiso de servir a la Iglesia y confianza en el Señor. “Cada caso que pase por nuestras manos será una oportunidad para hacer visible la justicia divina, que es siempre misericordiosa y restauradora. San Raimundo de Peñafort nos enseña a unir conocimiento y caridad. Su experiencia como canonista y confesor nos recuerda que nuestras decisiones no deben ser frías ni mecánicas, sino impregnadas de humanidad y amor al prójimo”.
Además, haciendo alusión al Jubileo de la Esperanza el Obispo subrayó que “en este tiempo de gracia, el Señor nos llama a vivir la justicia y la misericordia como un testimonio de fe, alentando a todos a caminar juntos hacia un mundo más justo y reconciliado. En este sentido, los invitó a que su trabajo sea un testimonio de servicio y de fe. “Que podamos ser instrumentos de paz y reconciliación, instrumentos de misericordia y cercanía, y que nuestras acciones contribuyan al bien común y a la construcción de una sociedad más justa y solidaria”.
Acto académico
Ya en el salón de actos, daba comienzo el acto académico. Así, Dña. Lola Vacas, Defensora del Vínculo, Promotora de Justicia y Notaria y del Tribunal Eclesiástico de Jaén, hizo lectura de la memoria del año 2024.
Posteriormente, tuvo lugar la lección inaugural que este año corrió a cargo de D. Juan José Toral Fernández, Vicario Judicial del Tribunal Eclesiástico de Guadix y profesor de Derecho Canónico de la Facultad de Teología de la Universidad de Loyola, bajo el título «Reciprocidad entre fe y consentimiento matrimonial».
Palabras del Obispo
Por último, el Obispo tomó la palabra para inaugurar, oficialmente, el nuevo Año Judicial.
En primer lugar, quiso agradecer la presencia a D. Juan José Toral Fernández, Vicario Judicial del Tribunal Eclesiástico de Guadix; a D. Manuel Jesús Martos Candela, Decano del Colegio de Abogados de Jaén; a D. Víctor Bris Portillo, del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Oriental; y a los miembros del Tribunal Eclesiástico de la Iglesia de Jaén, abogados del elenco, peritos, etc.
Así, en sus palabras Monseñor Chico Martínez quiso recordar que, como todas las áreas del Obispado, de la Iglesia de Jaén, el Tribunal Eclesiástico tiene un motor que lo mueve, “el Espíritu Santo, para ser cauce de ayuda para tantas personas que llaman a nuestra puerta intentando ser atendidas, a veces sanadas y siempre escuchadas. La labor que desarrolláis es mucho más que un trámite, se trata de una tarea esencial para la vida de la Iglesia: el acompañamiento, el asesoramiento y el servicio a los fieles en sus momentos de mayor vulnerabilidad y necesidad”.
En este sentido, quiso subrayar, también, la importancia del servicio de cada una de las personas que trabajan y colaboran en el Tribunal Eclesiástico de Jaén. “Vuestro trabajo no es solo un servicio técnico o jurídico; es, sobre todo, un ministerio de acompañamiento y apoyo. Las personas que acuden al Tribunal, a menudo cargadas de dudas, dolor o incertidumbre, encuentran en vosotros no solo profesionales, sino también hermanos en la fe que les ofrecen orientación y esperanza. Su compromiso con la confidencialidad y la empatía son pilares fundamentales para que este Tribunal sea un espacio seguro donde se pueda buscar la verdad y la justicia, con serenidad y siempre con espíritu cristiano donde la dignidad de la persona prime por encima de todo”.
Asimismo, Don Sebastián recordaba que se inicia un nuevo Año Judicial, cargado de esperanza. “Esperanza en el camino de la verdad, en la reconciliación, en la sanación y en la posibilidad de construir puentes de justicia y amor entre las personas”. Para culminar: “Que el Señor os ilumine y fortalezca en este nuevo año judicial. Y que nuestra Madre, la Virgen María, interceda por vosotros y por todas las personas que acudan a este Tribunal en busca de luz y consuelo. Queda inaugurado el Año Judicial 2025 en la Diócesis de Jaén”.
Finalmente, los miembros del Tribunal Eclesiástico compartieron un almuerzo fraterno.