La Catedral de Jaén acogió, este domingo, V del tiempo ordinario, la Eucaristía de acción de gracias por el Centenario de la aprobación pontificia de la Institución Teresiana.
El proyecto educativo de San Pedro Poveda, que germinó en su etapa en Covadonga y que un siglo después ha dado fruto: la formación educativa de varias de generaciones que, inspiradas por Poveda, han ido creciendo bajo el humanismo cristiano.
Jaén, tierra de Poveda y donde comenzaron las Academias de Santa Teresa de la mano de su gran colaboradora, Josefa Segovia, se reunió en el primer Templo de la Diócesis para dar gracias al Señor por este centenario.
Miembros de la Universidad de Jaén, la comunidad educativa de la institución teresiana en Jaén, alumnas y antiguas alumnas abarrotaban la Catedral en una celebración presidida por el Obispo, Monseñor Chico Martínez, que concelebró, Don Amadeo Rodríguez Magro, Obispo emérito; el Deán, D. Francisco Juan Martínez Rojas, así como un importante número de canónigos.
Las lecturas estuvieron participadas por miembros de la institución fundada por San Pedro Poveda. El coro de niños del colegio solemnizaron la celebración con sus voces blancas.
Homilía
Don Sebastián comenzó su prédica ubicando en el tiempo la fundación de esta institución. “Hace 100 años, la Iglesia acogió la obra que Pedro Poveda ofreció, como instrumento del Espíritu Santo, a nuestra Iglesia y a sus primeras colaboradoras. El Papa Pio XI avaló a esta Asociación y acreditó su lugar dentro de la Iglesia, dando a sus miembros el impulso para implicarse más y abrir nuevos proyectos, saliendo a otros países donde se les solicitaba. La Iglesia aprobó este modo novedoso de responder a la llamada de todo bautizado a vivir la fe en el mundo con la misión de transformarlo, mediante la educación y la cultura, desde la vida familiar y profesional. Es el legado a la Iglesia de dos cristianos ejemplares de estas tierras del Santo Reino: San Pedro Poveda, natural de Linares y canónigo de esta Iglesia Catedral, y la Sierva de Dios, María Josefa Segovia”.
Después de reflexionar sobra las lecturas dominicales, quiso seguir ahondando en la forma en la que Poveda había confiado en el Espíritu para que su apuesta por la educación y la formación de las mujeres de su tiempo diera fruto y éste se consolidara en el tiempo y en los cincos componentes. “Bien merece nuestro agradecimiento y acción de gracias a Dios en este día y siempre. Agradecimiento por la historia de la Institución Teresiana en nuestra tierra jiennense y nuestro agradecimiento a todos sus miembros, que han sabido implantar, defender, cuidar y promocionar las raíces educativas y sociales de su fundador, Pedro Poveda”.
Para concluir, pidió la intercesión del santo linarense por las futuras generaciones: “Que San Pedro Poveda interceda por nosotros y nos inspire a seguir su ejemplo de generosidad, amor y servicio, viviendo nuestra fe con autenticidad. Que, como él, podamos ser instrumentos de paz, de sanación y transformación en medio de un mundo que anhela la verdad y la justicia. Continuadores de la misión del señor, estando cercanos a los que sufren, extenderles nuestra mano y tocándoles, comprendiendo sus situaciones, siendo solidarios y orando por ellos, y ayudarles a levantarse de sus postraciones”.
Para finalizar la celebración, una miembro de la Institución pronunció una acción de gracias por el centenario feliz de un proyecto que sigue dando frutos en la sociedad a través de la educación.
Galería fotográfica: «Centenario de la Institución Teresiana»
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