El que fuera Secretario General de Cáritas española, D. Sebastián Mora, fue el encargado de impartir la segunda de las tres conferencias de la XXXVII edición de las Jornadas Culturales de Santo Tomás, que se desarrollan desde el martes en la Casa de la Iglesia, organizadas por el Instituto Teológico San Eufrasio de la Diócesis.
Mora Rosado, fue presentado por el Vicario de Caridad y Delegado Episcopal de Cáritas, D. Juan Raya Marín. Sobre el ponente explicó su vinculación con la acción social y caritativa de la Iglesia, a través del desempeño de su cargo como Secretario General de Cáritas Española y también como miembro del Comité Ejecutivo de Caritas Internationalisen Roma. D. Sebastián Mora, licenciado en Filosofía y máster en Gestión Directiva de Entidades no Lucrativas, es en la actualidad es profesor de la Universidad Pontificia Comillas. Aunque su trayectoria profesional siempre ha estado vinculada con las personas vulnerables, como drogodependientes, inmigrantes y personas sin hogar.
Y fue precisamente su trabajo y su experiencia vital para la dignificación de tantas personas lo que centró su conferencia en las jornadas: “Construir esperanza sobre la vida dañada”.
El ponente quiso diferenciar el optimismo de la esperanza. “Estoy harto de optimistas, necesito gente esperanzada”– afirmó. Mora subrayó que, “para vivir la esperanza cristiana, es necesario comprometerse con los que están en situaciones de sufrimiento extremo”, a lo que añadió que este compromiso implica «bajar a los infiernos del mundo», es decir, “estar presentes en los lugares más dolorosos y abandonados de la sociedad. En el cristianismo, el contacto directo con el sufrimiento es un lugar clave desde el cual surge la esperanza”. «Un pobre nunca es un medio, es un sacramento de Dios», explicó.
Según el que fuera Secretario General de Cáritas Española, la verdadera esperanza no puede ser individual, sino que siempre se genera en comunidad. “En el cristianismo, la salvación no es un proceso aislado, sino uno que se vive en común, en la comunión con otros. La esperanza, por tanto, se construye colectivamente, en el contexto de las relaciones humanas y el cuidado mutuo”.
Haciendo referencia a la encíclica Fratelli Tutti, Mora Rosado resaltó en su ponencia que no hay esperanza cristiana sin los pobres. “Los pobres y los descartados de la sociedad deben ocupar un lugar central en la construcción de esa esperanza. La caridad y la política deben orientarse a ellos, entendiendo que son ellos los que, al estar más cerca del sufrimiento, pueden ser los verdaderos agentes de transformación y esperanza para la sociedad”. En definitiva, esperanza se construye en comunidad, con los pobres y excluidos como protagonistas fundamentales.
Al concluir su intervención se abrió una rica tertulia con los asistentes a las jornadas.
Este jueves y con la intervención de filósofo y miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas de España, D. Miguel García- Baró, concluirán estas Jornadas que aúnan fe y cultura y que se consolidan desde hace casi cuatro décadas en la Diócesis de Jaén.