
La Capilla mayor de la Casa de la Iglesia ha sido, un año más, testigo de la felicitación de la Navidad al Obispo. Una tradición en la que cada año, una representación de una realidad concreta de la Iglesia de Jaén felicita, en su nombre y en el de toda la Iglesia diocesana, la Navidad al Prelado.
En este 2025 se ha escogido a representantes de tres grupos sinodales parroquiales, de Santa Isabel de la capital, Torredonjimeno y Bailén.
En la Capilla se han dado cita, junto a los miembros de la Curia; los seminaristas y sus formadores; algunos de los sacerdotes que residen en la residencia sacerdotal, D. Manuel Basulto; sacerdotes y miembros de Cáritas Jaén.

Vicario General
El acto lo ha abierto el Vicario General, D. Juan Ignacio Damas. Lo ha hecho con una preciosa intervención contando, desde su experiencia en bendición del Nacimiento del convento de las Clarisas, cómo cada una de las figura que componen el Belén son necesarias y llevan a cabo una función. En este sentido, el Vicario General ha expresado: “En el nacimiento de las monjas las figuritas andan en camino. Hay un camino para los pastores, porque si no lo siguen, no sabrán llegar donde está el Niño. Y hay un camino para los tres reyes magos, que caminan juntos, aunque cada uno viene de un lugar distinto, porque tienen un destino común. Las palomas que hacen unos años modelaron las monjas no caminan juntas, pero sí podríamos decir que hacen camino juntas, porque vuelan en bandada. Igual que las ovejas, que van en manada. O que las palmeras que se alzan esbeltas, una junto a otra, en el desierto de serrín y papel pintado de ocres y verdes”.

En este sentido y haciendo un hermoso paralelismo sobre la sinodalidad, ha explicado: “A mí se me ocurre pensar que el belén de las monjas es un sacramento de lo que es la Iglesia y de lo que la Iglesia está haciendo en este tiempo: somos sínodo, camino común”. Para añadir, “Es verdad que, como en el belén de las clarisas, en la vida cotidiana de nuestra Iglesia siempre hay alguna “figurita” que se sale del camino trazado; o que anda siempre cayéndose y hay que estar continuamente levantándola; alguien que se para a lamentarse por cualquier cosa como la mujer a quien se le ha caído el canasto de los huevos y se ha que-dado paralizada echándose las manos a la cabeza en lugar de continuar con los demás su recorrido hasta el portal; y también hay alguna oveja negra, como esas de lana oscura que las monjas han puesto en medio de las otras, pero que a todas luces se ve que no quieren integrarse con las de barro; y algún burro hay también, de esos de los que hay que ir tirando siempre porque no quieren avanzar: menudo resoplido está dando delante de él el hombre que lo guía”.
Para concluir, el Vicario General ha querido manifestar el sentido último del camino sinodal que como Iglesia hemos emprendido y lo ha dicho con estas palabras: “En nuestra Iglesia de Jaén estamos haciendo un camino común, y queremos seguir haciéndolo. Es verdad que a veces puede dar la impresión de que avanzamos poco, de que nos cansamos, de que no llegamos ni por asomo a ese horizonte que nos llama y nos inspira. Pero es la luz de la estrella, que es Cristo, la que nos guía, como a los magos. Puede que nuestro caminar sea lento, pero no es errado. Queremos ser obedientes al Espíritu y al magisterio de la Iglesia, que nos urge”.
Las lecturas han estado participadas por un miembro de la curia, Raúl Cortes y el Evangelio de la Natividad del Señor, proclamado por el director de la Casa Sacerdotal y Vicerrector del Seminario, D. Manuel Sánchez.

Equipos sinodales
A continuación, han sido tres representantes de los equipos sinodales los que han tomado la Palabra: un responsable de vicaría del equipo sinodal diocesano, un responsable de un equipo sinodal interparroquial, y una participante de un grupo sinodal parroquial.
El primero, Pablo Hermoso de Torredonjimeno, ha señalado en su intervención que A pesar de los lógicos temores, dudas e incertidumbres ante una metodología desconocida, “hemos comenzado a caminar con ilusión y esperanza. Lo hacemos convencidos de que este proceso no se apoya sólo en nuestras fuerzas, sino que es el Espíritu Santo quien va marcando el ritmo y abriendo caminos, para que esto no quede en únicamente en un sentir y en una lista de propósitos”. Para apostillar que “este proceso sinodal iniciado en nuestra diócesis tiene en usted su principal impulsor, en comunión con la Iglesia universal y en fidelidad a la llamada del Papa”. A lo que ha añadido: “Nos hemos de esforzar por unas relaciones menos funcionales y más evangélicas, por el descubrimiento de la riqueza de los distintos carismas y ministerios y sentirnos corresponsables en la misión”.

Después ha sido el turno de Juan Antonio Sánchez de la parroquia de El Salvador de Bailén y del grupo interparroquial que está trabajando en las asambleas sinodales, que ha definido, como “un encargo ilusionante y un trabajo con vistas al futuro de cómo queremos visualizar y trabajar por nuestra iglesia, siendo lo más importante, hacerlo juntos”.
El último en intervenir ha sido el representante de la parroquia de Santa Isabel de Jaén capital, Juan José Valenzuela, que ha hablado de la importancia de la corresponsabilidad como parte del camino sinodal. la “estamos descubriendo la importancia de la corresponsabilidad: cada uno de nosotros, desde lo que puede aportar, forma parte activa de la vida y misión de nuestra comunidad parroquial”, ha expresado. Para después, hablar de los grupos sinodales, “que nos está ayudando también a escucharnos unos a otros, a valorar la diversidad de opiniones y experiencias, y a crecer en comunión y solidaridad”. Por último, ha aportado una hermosa idea de la fe vivida en comunidad: “Estamos comprendiendo que la fe no se vive en soledad, sino que se fortalece cuando caminamos juntos, compartimos nuestras alegrías y nuestras dificultades, y nos apoyamos mutuamente en el día a día”.
Intervención del Obispo
El Obispo ha tomado el testigo para recoger todo lo que se había dicho y reflexionar, con la mirada de los pastores, los primeros en llegar al portal de Belén y venerar al Niño, sobre la sinodalidad y la corresponsabilidad. En este sentido, Don Sebastián ha expresado: “Los pastores estaban haciendo lo de siempre: cuidar el rebaño, vigilar en la oscuridad de la noche, permanecer junto a sus ovejas… Nadie los había llamado, ni elegido nunca para nada importante. Nunca habían sido protagonistas de nada, pero Dios les tenía preparado algo grande. Fueron los primeros en enterarse. Ellos fueron, y no otros con más prestigio, más posición, más relevancia social, a los que se les anunció, en primer lugar, la Buena Noticia”. Para, seguir explicando: “La Navidad comienza así: no llena de artificios, sino con una noticia sencilla que pone a la gente en camino. Los pastores se pusieron en marcha, caminaron juntos, vieron… y después contaron. Y en ese ir, ver y contar empezó algo nuevo”.

Don Sebastián, recordando esa escena ha hablado de ese caminar juntos como Iglesia. “Al recordar esta escena, encuentro esa semejanza entre nosotros y esos pastores que se pusieron en camino al conocer la Buena Nueva. También nosotros, en la Iglesia, estamos llamados a vivir así: atentos, disponibles, dispuestos a caminar juntos. No desde la seguridad de tener todas las respuestas, sino desde la confianza de quien se deja sorprender por Dios”. En este sentido, ha subrayado “Que no caminamos solos. Que nadie sobra. Y que todos, cada uno desde su lugar desde su misión particular, somos responsables de cuidar la vida de esta Iglesia que se nos ha confiado en este momento particular de la Historia”.

En su mensaje de Navidad, también ha querido hacer memoria del Año de la Esperanza y de los frutos que ha dado, con momentos tan sublimes como el Rosario de la Esperanza y la reciente beatificación de 124 mártires de la Iglesia de Jaén, el pasado sábado.
Animando a los congregados, estos días “a acoger al Dios que nace en lo pequeño, que no se impone, que solo pide sitio en medio de nuestra vida y de nuestro trabajo diario para darnos luz, perspectiva, esperanza”, ha concluido su intervención.

Con la veneración del Niño Dios mientras los seminaristas cantaban villancicos ha concluido la felicitación navideña del Obispo de Jaén en este 2025, año de la esperanza.
Galería fotográfica: «Felicitación al Obispo de Jaén 2025»
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