
El día 27 de noviembre fue el elegido para la Visita Pastoral del Obispo de la Diócesis, Don Sebastián Chico Martínez, a Jamilena, para un encuentro directo con instituciones, el pueblo y grupos más vulnerables. Una visita que tuvo la necesidad de celebrarse en dos días por el fallecimiento del sacerdote D. Cristóbal Jiménez Cobo, cuya Misa exequial fue presidida por el obispo ese mismo día por la tarde.
Desde primeras horas de la mañana, fue recorriendo distintos lugares que engloban la vida civil, social, económica y religiosa de la localidad, dejando constancia del carácter cercano y pastoral de su presencia.
La jornada comenzó a las diez de la mañana con la recepción del obispo en la iglesia parroquial, donde fue acogido por el párroco, D. Pedro José Martínez Robles, y numerosos fieles. Tras la visita y oración ante el Santísimo, en el sagrario, desde el Altar Mayor el párroco pronunció unas palabras de bienvenida a Do Sebastián y presentó el itinerario a seguir durante la mañana. Minutos después, tomó la palabra el obispo para transmitir los motivos de la Visita Pastoral, en “un momento de gracia, alegría y gozo”. Posteriormente, visitó las dependencias parroquiales: sacristía, despacho, casa del párroco y por último el museo parroquial.

Seguidamente, se trasladó al Ayuntamiento de Jamilena para una visita institucional, en la que el obispo pudo saludar al alcalde, D. Tomás Liébana Liébana; al teniente de alcalde, D. José Juan Liébana Liébana; y una concejal de la corporación municipal, para así expresar su interés por la realidad social y principales problemas del municipio. Firmó en el libro de honor del Ayuntamiento y saludó a los funcionarios que allí se encontraban.
A continuación, se realizaron las primeras visitas a dos mujeres mayores y enfermas, Rosario y Araceli, muy ilusionadas con la visita del Pastor diocesano a sus casas, y que estaban acompañadas de familiares y cuidadores. Don Sebastián las escuchó, rezó y les transmitió el consuelo y cercanía de la Iglesia y, en nombre de ellas, a todas las personas mayores que viven la enfermedad en sus hogares.
A mediodía, se desplazó al Cementerio Municipal para tener un momento de oración por todos nuestros hermanos que formaron parte de la comunidad y hoy siguen siendo miembros desde la casa del Padre. Junto a los presentes, se elevaron plegarias y cantos por todos los hijos e hijas de Jamilena fallecidos, subrayando la esperanza cristiana en la resurrección, confiando en la victoria de Cristo sobre la muerte.

La agenda continuó con la visita a una empresa de ajos, uno de los pilares de la economía local. Don Sebastián mostró gran interés al ser la primera vez que acudía a una de estas empresas envasadoras de ajos y cebollas. También se interesó por las condiciones de trabajo, la realidad de los trabajadores y la importancia de estas empresas para el tejido productivo del pueblo.
Poco después, retomó la visita a otra casa, la de Carmen y su hija María Jesús, prolongando así el recorrido iniciado horas antes. En esta ocasión se reunieron cuatro generaciones de la familia para dar la bienvenida a Don Sebastián y orar todos juntos por todos los mayores y enfermos de la localidad.

La mañana concluyó con la visita a las ermitas de San Isidro y del Calvario, dos lugares profundamente vinculados a la religiosidad de Jamilena. Con la ayuda de los coches, subimos a la sierra y allí el Obispo compartió un momento de oración, reconociendo el valor de las tradiciones y devociones que han sostenido la fe del pueblo a lo largo de generaciones. También puso en valor el estado de la ermita de San Isidro, tras la reforma efectuada por su grupo parroquial, y por el paraje en el que se encuentra, con unas maravillosas vistas desde el mirador al pueblo de Jamilena.
Para continuar con la agenda, interrumpida por el funeral de D. Cristóbal, el día 1 de diciembre se inicia con la comida de Don Sebastián junto a los sacerdotes del Arciprestazgo, un espacio fraterno para el diálogo y el descanso antes de comenzar las actividades de la tarde.
La sesión vespertina giró en torno al encuentro con los niños de catequesis en la iglesia parroquial, donde el Pastor diocesano pudo dialogar con ellos, escuchar sus preguntas y animarlos en su camino de iniciación cristiana, destacando el papel fundamental de las nuevas generaciones en la vida de la comunidad. Les explicó quién es el Obispo, remontándose a sus antecesores, los Apóstoles, y cantaron la canción El amor de Dios es maravilloso, donde nadie puede estar por encima del amor de Dios, ni por debajo ni por lo ancho. El amor De Dios es grande.
La tarde avanzó con el encuentro con los agentes de pastoral en el Centro parroquial, un espacio de trabajo y reflexión compartida con diferentes grupos parroquiales, para revisar la marcha de la comunidad y proyectar líneas de acción futura.

En el mismo Centro parroquial, se reunió con el Consejo de pastoral parroquial, órgano de corresponsabilidad laical, donde se abordaron las fortalezas y retos que debemos afrontar desde la parroquia, en un clima de diálogo sereno y constructivo.
El culmen de la Visita Pastoral se centra en la celebración de la Misa Estacional, presidida por Monseñor Chico Martínez en la parroquia, concelebrada por los sacerdotes presentes, D. Pedro José y Francisco Javier Cova Martínez, y solemnizada con los cantos del coro parroquial. La Eucaristía se convirtió con la homilía en el gran momento de acción de gracias por “nuestra fe sencilla, por nuestra vida parroquial tan viva, por los grupos, distintas asociaciones y cofradías, por los mayores y los niños que ha tenido la ocasión de estar con ellos. También damos gracias por las familias y por quienes en silencio sostiene esta parroquia, iglesia que peregrina. Gracias por la acogía y cercanía. Concluimos la visita pastoral el lunes de la primera semana del adviento, cuando la Iglesia nos invita a volver a entender la Esperanza, en este año dedicado a la Esperanza, donde conmemoramos la Encarnación de Ntro. Sr. Jesucristo volvemos a fortalecer ese deseo de acrecentar en nuestra vida y en nuestro mundo la esperanza”.

Para añadir: “La Visita Pastoral me ha confirmado algo muy hermoso, hay mucha fe aquí en Jamilena, esta tarde lo hablábamos también con el grupo del pueblo con el que nos hemos reunido, este pueblo circula o está en torno a una fe que hemos recibido de nuestros mayores, a esta espiritualidad que se enraíza y se arraiga aquí en este templo que es nuestra parroquia. Bajar la espada, trabajar por la paz y la unidad parroquial es también del tiempo del adviento. Si queremos vivir el adviento de verdad toca hacer algo muy concreto, no debemos levantar la espada contra nadie. La espada no es sólo un arma, a veces es una palabra dura, un gesto de desprecio, un juicio precipitado, una división entre nosotros, heridas de familia, rencillas antiguas, rupturas que aún pueden convertir la espada en arado es la obra más bella del adviento. Durante este tiempo de adviento, tiempo de conversión, tiempo preparar nuestro corazón, un tanto endurecido, en un corazón de carne para poder acoger el amor derramado que quiere derramarse en este mundo. Sembrar reconciliación, pedir perdón, volver a mirar a alguien con misericordia, implicarnos en que esta parroquia sea lugar de fraternidad y no rechazar que la parroquia sea lugar de distancia. Ahí se nota que el reino ya está en medio de nosotros. Hemos escuchado “Señor, no soy digno de que entres en mi casa” es la oración del adviento. En unos minutos nos acercaremos a la eucaristía y repetiremos las palabras del Centurión, qué frase tan nuestra, qué frase tan verdadera, no somos dignos, pero sin embargo él quiere venir, quiere entrar en nuestro corazón, quiere entrar en nuestra vida y quiere entrar en nuestra casa. El Obispo está aquí en esta Visita Pastoral para especialmente subrayar esta realidad, el Señor quiere entrar en nuestra casa, quiere habitar en nosotros, quiere derramar su amor, quiere fortalecer nuestra fe, quiere invitarnos a que vivamos esa fe y seamos más felices. Pero también el Señor quiere que comuniquemos y manifestemos esa fe, que esta comunión sea para nosotros una Navidad participada, una luz que entre en vuestra casa, una fuerza nueva para seguir caminando como comunidad viva aquí en Jamilena. Vamos a pedirle a Ntro. Padre Jesús que nos ayude, que nos fortalezca para llevar adelante este hermoso proyecto, este tiempo de adviento donde se espera que el Señor entre verdaderamente no solamente en nuestra casa sino también en todo nuestro pueblo. Necesitamos no solamente nosotros que Dios derrame su amor en nuestro corazón, sino que derrame su amor en todos los que nos rodean”.
Finalizando así un momento de encuentro de toda la comunidad, reforzando la comunión entre el Obispo, los pastores y los fieles de Jamilena. De este modo, la visita no solo dejó una huella institucional, sino también profundamente espiritual, renovando la vida parroquial y alentando a seguir construyendo una Iglesia cercana, una Iglesia viva.
Parroquia de La Natividad de Ntra. Sra. de Jamilena
Galería fotográfica: «Visita Pastoral a Jamilena»
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