El Obispo preside la Santa Misa retransmitida en directo desde la parroquia de Santa Marta en Martos

Diócesis de Jaén
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La diócesis de Jaén es una iglesia particular española sufragánea de la archidiócesis de Granada. Sus sedes son la Catedral de la Asunción de Jaén y Catedral de la Natividad de Nuestra Señora de Baeza.

El pasado domingo, 21 de julio, nuestro Obispo, Don Amadeo Rodríguez Magro, presidió la Santa Misa que se retransmitía en directo en La 2 de Televisión Española.
Dicha Eucaristía se celebraba en la parroquia de Santa Marta de Martos, con motivo del Año Jubilar Tuccitano, con el que se conmemora el VIII centenario de cristianismo en la ciudad, después de la Reconquista de Fernando III, el Santo.
Tras el programa Pueblo de Dios que emitía un reportaje, precisamente, sobre el Año Jubilar de Santa Marta, y en torno a las 10.40 horas, comenzaba la celebración eucarística, que estuvo concelebrada por el Vicario de Asuntos Económicos, D. Rogelio Garrido; el párroco de Santa Marta, D. Carlos Moreno; el Secretario del Obispo, D. Juan Pedro Moya; otros sacerdotes de la ciudad de Martos, así como algunos presbíteros diocesanos.
La capilla musical corrió a cargo del Coro de Santa Marta y las lecturas estuvieron participadas por otros miembros de la parroquia.

Homilía
El Obispo comenzó su homilía recordando que “cuando hace 800 años Fernando III reconquista Tucci o Martos para la corona de Castilla, se crea esta primera parroquia de la ciudad en memoria de la santa cuya festividad se celebraba ese día, Santa Marta, la hermana de Lázaro y de María de Betania. Desde entonces, la devoción a esta mujer hospitalaria y servidora, que acogía con amor y servicio a Jesús cuando subía a Jerusalén desde Jericó, se convirtió en una referencia obligada para la vida cristiana de esta ciudad”. Y continuó haciendo referencia al Año Jubilar, concedido por la Santa Sede, “en el que la protección y el ejemplo de Santa Marta está convocando a muchos para que, peregrinando a este templo parroquial, encuentren a Jesucristo en su abundancia de amor y de gracia”.
El Prelado prosiguió explicando que “situados en esta memoria de nuestro pasado, celebramos hoy la Eucaristía, que siempre ilumina el presente de nuestras vidas. En la liturgia de la Palabra, en la que, precisamente, Santa Marta ha tenido un especial protagonismo, se nos acaba de hacer una invitación a la acogida y a la hospitalidad al Señor y a aquellos con los que Él se identifica”.
Haciendo hincapié en el Evangelio, subrayó que ese episodio “no es una anécdota, es un modo de ser cristianos, de vivir la fe que hay que tener siempre muy bien asentada en nuestra vida interior y en cuanto hacemos en nuestra vida ordinaria. Todos somos María y Marta, todos somos contemplativos y activos, por eso hemos de tener siempre muy bien equilibrado en nuestros sentimientos, actitudes y acciones, esta doble manifestación de la vida cristiana”.
“En este tiempo nuestro –insistió el Obispo- , en el que la evangelización se abre a nuevos rumbos y la misión de la Iglesia se hace activa y en salida, es imprescindible que se equilibren la vida de oración, la escucha de la Palabra y la experiencia celebrativa con el compromiso cristiano en la misión y en el servicio de la caridad”.
Monseñor Rodríguez Magro, se detuvo, asimismo, en el Plan Pastoral diocesano en el que camina la Diócesis de Jaén. “Con esta riqueza, diversa y complementaria de la vida cristiana, está caminando nuestra Diócesis de Jaén, bajo la guía de nuestro Plan Diocesano de Pastoral”. Recordó, además, que “estamos inmersos en una Misión diocesana en la que compartimos el sueño misionero de llegar a todos, para «anunciar que Cristo es la esperanza de la gloria»”, para continuar anunciando que “para afianzarnos en la comunión y en la misión, en el próximo año pastoral nos adentraremos en la dimensión contemplativa de la fe y de la vida cristiana y cultivaremos todo lo que fortalezca nuestra condición de discípulos”.
Al término de su homilía Don Amadeo se dirigió a los marteños: “Queridos hermanos y hermanas, con esta preciosa enseñanza de la Palabra, que hoy hemos escuchado, se fraguó la santidad hospitalaria y servidora de Santa Marta”. “De Santa Marta, su patrona, está aprendiendo esta ciudad a ser acogedora con los demás; de hecho, lo está siendo con los muchos inmigrantes que viven, justamente, en el entorno de esta parroquia”.
Y finalizó señalando que, también, el pueblo tuccitano aprende “de la que encarna el modelo perfecto de todo discípulo del Señor, que no es otra que la Santísima Virgen, aquí amada con el nombre de La Villa. Ella ha realizado a la perfección el equilibrio entre las dos vocaciones”.
Las ofrendas fueron entregas al Obispo, a los pies de presbiterio, por el Presidente de la Cofradía de Santa Marta, su esposa y las Hermanas Mayores.
La Santa Misa culminaba con el himno a Santa Marta y la procesión de salida.

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