El pasado sábado, 23 de marzo, el Obispo presidía la Eucaristía en la parroquia de El Sagrado Corazón de Jesús, de Las Infantas. Dicha Eucaristía, que comenzaba a las 18 horas, estuvo concelebrada por su párroco, D. Antonio Baeza; y el sacerdote diocesano y Rector del Seminario, D. Juan Francisco Ortiz.
Durante la homilía el Obispo explicó que durante el tiempo de Cuaresma la Iglesia nos pone un objetivo: “tenemos que prepararnos para celebrar la Pascua del Señor. Por eso comenzamos el Miércoles de Ceniza pidiendo perdón por nuestros pecados, ya que se nos recuerda nuestra condición pecadora”. Y continuó recordando que “el tiempo de Cuaresma es, justamente un tiempo de conversión y preparación para la Pascua. Y esto se está celebrando así desde los principios mismos de la Iglesia” .
Igualmente, Don Amadeo señaló, haciendo alusión al Evangelio y la parábola de la higuera estéril, que “nosotros somos como la higuera, tenemos que dar frutos y Dios espera eso de nosotros. Y no hay nada más bello que saber que Dios espera cosas bonitas de nosotros.”. Insistió, además, en que la lección de este tercer domingo de Cuarema es “que nosotros, cada uno de nosotros, somos la esperanza de Dios y eso nos estimula”.
El Prelado apuntó que “lo que queremos encontrar en esta Cuaresma, con tanta ilusión, es poder vivir y sentir en nosotros el misterio pascual de Cristo”. Y culminaba dando gracias a Dios “porque es así con nosotros y porque nos quiere”. “Y si Dios es tan bueno con nosotros y espera tanto de nosotros, pues que nosotros vayamos por los caminos de Dios, de Jesucristo y del Evangelio. Que así sea”.
Agradecimiento al Obispo
Tras la bendición final, el párroco quiso agradecer al Obispo, en nombre de la comunidad parroquial, su visita. Y como muestra de ello y de su gran estima, le hicieron entrega de dos obsequios. En primer lugar, una réplica de la Cruz del Resucitado, que preside el altar de la parroquia; y en segundo lugar, una cesta de productos típicos de Las Infantas.
Asimismo, los niños, que durante este año van a recibir la Primera Comunión, fueron presentados al Obispo, que los acogió con mucha simpatía y cariño.
