Don Amadeo Rodríguez Magro, Obispo de la Diócesis de Jaén, presidía, en el día de ayer, la Eucaristía de acción de gracias, en la clausura del fin de curso de la Curia diocesana 2015-2016.
Acompañado por una veintena de sacerdotes, y por trabajadores y miembros de la Curia, se celebró, en la Capilla Mayor del Seminario, esta misa, en la festividad de los Primeros mártires de la Iglesia Romana.
Durante su homilía, el Obispo, recordó que la Curia Diocesana ofrece un servicio, “que es importante ante los ojos de Dios. Y es algo que debemos asumir con un profundo sentido de responsabilidad ante los demás. En este sentido de responsabilidad va el testimonio del compromiso que cada uno de nosotros ha asumido”. Don Amadeo incidió en la idea de que, “de una manera especial, la Curia diocesana es el rostro de la Iglesia diocesana. Todos nosotros tenemos que poner lo mejor de nosotros mismos, poner al servicio de la Iglesia diocesana todas nuestras capacidades y todas nuestras cualidades, huyendo de todo protagonismo, para ser un rostro, y un sólo rostro, porque la Iglesia sólo muestra un rostro, el Santo Rostro de Cristo”.
Al finalizar la Misa de acción de gracias por el curso que concluye, miembros y trabajadores de la Curia se reunieron en torno al Obispo para compartir, en fraternidad, un pequeño ágape.