En este Jueves Santo, día del amor fraterno, rememoración de la institución de la Eucaristía, el Obispo diocesano, Don Amadeo Rodríguez Magro, ha visitado la prisión provincial para celebrar la Santa Misa con los internos.
En la Capilla, más de una treintena de presos aguardaban la llegada del Prelado junto con el Delegado de la Pastoral Penitenciaria, D. José Luis Cejudo y voluntarios de la Pastoral.
Don Amadeo, ha saludado a los internos y les ha explicado, brevemente, lo que iban a celebrar. Después, se ha revestido para dar comienzo a la Eucaristía.
Las lecturas han estado participadas por los internos y el Evangelio proclamado por el sacerdote salesiano, D. José González, uno de los capellanes de la cárcel. El pasaje evangélico de San Juan relataba la última cena y el lavatorio de los pies.
En su homilía, el Obispo ha explicado el sentido de servicio que encierra el lavatorio de los pies: es el maestro el que lava los pies a sus discípulos. Es la entrega a los demás a través de gestos que humanizan y acercan al Señor. “Jesús, todo lo que hace, lo hace por amor”-ha explicado Don Amadeo. Para continuar diciendo, “Si Jesús muestra en la cruz el amor de Dios, no hay más consecuencia de los que creemos en Jesucristo que vivir el amor: «Amaos los unos a los otros como yo os he amado». El Prelado ha seguido explicando el sentido del gesto de Jesús al lavar los pies a sus discípulos en la Última Cena: “Jesús nos dice tenemos que estar pendientes los unos de los otros; servirnos los unos a los otros. Y que el servicio lo tenemos que llevar grabado en el corazón. No pueden ser sólo formas externas, sino que quede impregnado en nuestra forma de actuar”. Para finalizar sus palabras, Monseñor Rodríguez Magro ha puesto de relevancia la importancia de la Eucaristía para la vida del cristiano, porque es “Sacramento del amor”.
A continuación se he llevado a cabo el rito del lavatorio de los pies. El Obispo se ha despojado de casulla, se ha ceñido una toalla y ha lavado los pies a varios presos. Mientras mojaba los pies de los internos, les ha preguntado de dónde eran y ha tenido unas palabras de cariño y respeto con todos y cada uno de ellos.
Tanto los internos como los voluntarios de la Pastoral han vivido con recogimiento la Consagración y han unido sus brazos para rezar el Padrenuestro. En la paz se han abrazado los unos con los otros como muestra de fraternidad.
Al finalizar la Eucaristía, Don Amadeo se ha despedido de los internos, y les ha deseado una feliz Pascua de Resurrección. Esta tarde, el Prelado jiennense hará lo propio a las 19 horas en la Catedral, como parte del triduo Pascual en el que la Iglesia universal rememora la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, nuestro Señor.