El columbario que ha levantado en su cripta la Basílica de San Ildefonso fue bendecido el pasado martes por el Obispo de Jaén, Don Amadeo Rodríguez Magro. En una celebración en la que fueron invitados el arquitecto y el encargado de llevar a cabo la obra, así como los fieles de la Parroquia. El Obispo recordó que esa parte de la Basílica de San Ildefonso vuelve a sus orígenes y a ser utilizada para lo que fue en la antigüedad, dar descanso a los restos de los seres queridos.
En este sentido, el Prelado jiennense expresó que “la Iglesia nos acompaña desde que nacemos hasta que morimos”. Además reconoció que la “Iglesia se va adaptando a los nuevos tiempos, y se debe ofrecer un camposanto donde respetar la memoria de nuestros mayores con sentido cristiano y sentido de fe”.
Esta cripta, que otrora fue cementerio parroquial, “recoge la herencia del pasado construyendo ahora este columbario”, que albergará las cenizas de hasta 2.000 urnas cinerarias y dos cenizarios comunes.
La obra, que ha supuesto un montante de 200.000 euros, ha sido asumido por la propia parroquia. El arquitecto que ha dirigido la obra, Jorge Agustino, ha contado con la supervisión de la Junta de Andalucía al estar catalogada la Basílica como BIC.
El columbario, en el que ya han reservado espacio 130 familias de la ciudad, tiene un precio de 800 euros por urna. Si el lugar es para una familia completa, hasta cuatro urnas, el precio asciende a 3.000 euros por cincuenta años. Pasado ese tiempo, si la familia no dice nada, las cenizas pasarán a los dos cenizarios comunes. También los restos pueden ir al cenizario común desde el principio, con un coste de 200 euros.
Del total de ingresos que se generen con este columbario, el 21% se destinará al IVA para el Estado, el 20% a las parroquias con necesidades y el resto a los fondos de la Basílica y sus necesidades.
El columbario está presidido por un hermoso Cristo, del siglo XVI, donado por una feligresa de esta parroquia que alberga a la Patrona de Jaén, la Virgen de la Capilla.
