Cada año, en los días previos a la Nochebuena, los seminaristas de Jaén recorren las calles y visitan los conventos y el Obispado, anunciando, con sus cantos, la alegría del Niño que va a nacer.
Su primera parada ha sido, como viene siendo habitual, el Palacio Episcopal, donde, acompañados del Rector, Vicerrector y otros formadores del Seminario, han entonado villancicos.
Allí el Obispo, Don Sebastián Chico Martínez, y la curia diocesana los han recibido y acompañado con sus voces e instrumentos.
Por su parte, el Prelado jiennense se ha dirigido a los allí presentes animándolos a vivir, desde el corazón, el verdadero sentido de la Navidad: el nacimiento del Niño Dios, símbolo de esperanza, luz y salvación del mundo.
Además, ha querido dirigirse, de manera especial, a algunos miembros de la curia. En primer lugar, a Sergio Ramírez, al que ha felicitado por su reciente matrimonio y por la bendición que ha recibido del Santo Padre, junto a su esposa, hace solo unos días. Posteriormente, se ha dirigido a Belén Cano, a la que ha querido despedir, al concluir ya sus prácticas en el departamento de administración, y a la que ha agradecido su trabajo y servicio durante los últimos tres meses. Finalmente, ha querido tener unas palabras de cariño con los seminaristas y candidatos al diaconado permanente, que pronto serán ordenados.
A continuación, todos juntos se han desplazado hacia la puerta del Obispado, para bendecir, como viene siendo también tradición, el Belén.
Don Sebastián ha querido expresar su deseo de que nuestra vida y nuestro corazón se conviertan en un auténtico pesebre. De manera especial, ha dirigido este mensaje a los miembros de la curia, señalando: “Que esta casa, en la que servimos, sea también un pesebre: un espacio acogedor y adecuado, donde todos los que se acerquen a nosotros puedan experimentar el amor del Señor hecho carne”.
Del mismo modo, ha querido agradecer a Antonio Aguilar el montaje del Nacimiento, que hace, con tanto cariño, cada año.
A continuación, el Obispo ha invitado a los seminaristas y a la curia a subir a su casa, donde les ha ofrecido productos típicos de este tiempo.
Finalmente, los seminaristas han continuado su recorrido por los monasterios de vida contemplativa de la capital jiennense, llevando con ellos alegría, gozo y cantos a las mujeres que, desde la oración y la contemplación, consagran plenamente su vida a Dios.
Galería fotográfica: «Bendición del Belén del Obispado»
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