El pasado Jueves, 3 de octubre tuvo lugar la primera Oración Vocacional de este nuevo curso en el Seminario de Jaén. El título de la misma fue: «Pan de Vida».
En la monición de entrada se remarcaba la intención principal de estos encuentros de oración, que es pedir al dueño de la mies que mande obreros a su mies. Y como no, hay que hacerlo más intensamente en este año, ya que el Plan Diocesano de Pastoral va orientado a la Vocación cristiana.
La Palabra de Dios nos dirigió un mensaje muy claro: «El que come mi carne y bebe mi sangre, tendrá la vida eterna». Es decir, el que participe verdaderamente en la comunión con Cristo tendrá esa vida eterna, a la que todos estamos llamados.
A continuación hubo una pequeña meditación con algunas frases orientativas, en las que se remarcaba esa entrega de Cristo en la Eucaristía y como debemos darnos totalmente a Cristo.
Tras la meditación y durante un canto se hizo una ofrenda. Esa ofrenda eran unas espigas, espigas que simbolizaban que queremos que nuestro compromiso cristiano crezca en abundancia y fecundidad.
De nuevo hubo otro momento de reflexión, rezando un salmo y después haciendo unos «ecos» con las palabras que más nos habían tocado el corazón.
Finalizado otro canto se presentaron al Señor nuestras preces pidiendo muy especialmente por los sacerdotes, seminaristas y jóvenes.
Después de las preces rezamos todos juntos el Padrenuestro y la oración de San Francisco de Asís: «Señor hazme un instrumento de tu paz»
Finalmente se hizo la reserva del Santísimo y se hizo un canto a la Virgen María.