El pasado 16 de marzo, fue clausurado el Taller de Oración y Vida, fundado por el Padre Ignacio Larrañaga, y que ha sido impartido en la parroquia La Asunción de Villargordo durante 15 semanas.
Cada miércoles, un grupo de 28 personas, nos reuníamos durante 2 horas guiados y acompañados por Alfonso de la Casa. Sesión tras sesión nos iba enseñando diferentes modalidades de oración y cómo llevarlas a la vida.
En cada una de estas modalidades, hemos ido descubriendo formas de orar que nos han llevado a estar más cerca del Señor y a vivir en intimidad plena y profunda con El. Para ello, cada semana nos invitaba a realizar la práctica semanal que consiste en reservar todos los días media hora y dedicársela al Señor, orando a solas y en silencio, comenzando con la invocación al Espíritu Santo para serenar y tranquilizar el alma, es el Señor quien viene a nuestro Encuentro a través de su Palabra. Nos proponía meditar con textos de Antiguo y Nuevo testamento, dejando que el Señor se manifestase libremente según sus designios y proyectos para nuestra vida. “El te habla, inunda tu corazón de su Amor y te va transformando para ser misioneros enviados por Él, “vayan por el mundo y anuncien el Evangelio”.
La última sesión fue especial e inolvidable. Estuvimos cinco horas junto al Señor, en silencio y soledad. La única manera de vivificar las cosas de Dios es vivificando el corazón. Cuando el corazón se puebla de Dios, los hechos de la vida se llenan del encanto de Dios y cuestionas tu vida a la Luz de la Palabra, interpelando el modo de pensar y actuar, en qué aspecto debo cambiar, preguntándote “qué haría Jesús en mi lugar”, buscando su Rostro y sintiéndote su discípulo.
Queremos compartir una bella oración del Padre Ignacio Larrañaga que engloba todo lo que hemos vivido y experimentado en el taller:
“Caminaré a la Luz de tu figura para pensar, sentir y soñar, hablar, actuar y amar como Tú, mi Señor. Para ser sensible y misericordioso, despreocupado de mí y preocupado por los demás, paciente, manso y humilde, sincero y veraz, comprensivo y misericordioso como Tú, mi Señor. Los que me ven, te vean, y llegue yo un día a ser una viva trasparencia de tu ser y de tu amor”.
De los talleristas que han asistido con nosotros a este taller, nos llevamos un trocito de su corazón. El Señor nos ha unido formando una gran familia y ya son parte de nuestra vida en Cristo. Y desde el Cielo siempre nos acompañará nuestro querido hermano Andrés que fue llamado por el Señor a vivir su encuentro definitivo con Él “cara a cara”, fue llevado a la Casa del Padre, habiendo compartido y vivido como uno más, en esta comunidad de talleristas.
Damos Gracias a Dios por venir a nuestro encuentro, cogernos de su mano y llevarnos hasta Villargordo y poder vivir esta experiencia que está sellada para siempre en nuestro corazón.
Merece una mención especial, Alfonso, guía del taller. Por su dedicación, entrega y esfuerzo y por transmitirnos en cada sesión su pasión por la oración y su amor por Jesús. Y a Don Germán García, párroco de la Iglesia La Asunción de Villargordo, por haber hecho posible la celebración de este taller que tanto bien nos ha hecho a todos para continuar nuestro camino en la FE.
Chon y Manolo
Talleristas, parroquia La Asunción de Villargordo
