Una vez más, como todos los terceros martes de cada mes, nos reunimos para recordar a las personas migrantes y refugiadas.
Expresamos nuestro dolor por lo ocurrido el primer día del año en la frontera de Ceuta con Marruecos, dos personas intentaron entrar y una de ellas murió y otra perdió un ojo.
Crece nuestra impotencia ante las esperanzas truncadas de estas personas, que en su larga travesía por África, llevan a sus espaldas un largo historial de abusos, agresiones y precariedad extrema, mientras esperan la ocasión de llegar a Europa en busca de un futuro de dignidad y derechos para ellos y sus familias.
El cinismo de las políticas de los países comunitarios, unida al frío siberiano han empeorado una situación ya de por sí insoportable para miles de hombres, mujeres y niños que buscan protección en Europa.
Los gritos de dolor de estos pequeños se oyen muy poco en los medios de comunicación o en los parlamentos.
Solo pedimos a los que mandan: miradlos a la cara.
Porque es atroz que la sociedad se encoja de hombros.
Alguien ha de gritar con estos menores y en su nombre, alguien ha de prestar su voz a estos niños y niñas que no tienen futuro porque la sociedad europea se lo niega.
También recordamos a los tres hombres de origen subsahariano que han fallecido en El Mármol (Rus), y nos unimos al dolor de sus familias y amigos.
Fernando Mármol Hueso (Intered y Proyecto Rajab)