Con motivo de la fiesta de la Presentación del Señor, el Consiliario de Vida Ascendente de la Diócesis, D. Facundo López Sanjuán, ha escrito una carta a los miembros de este movimiento de mayores para contarles cómo se va a celebrar la fiesta en la que recuerdan al anciano Simeón y a la profetisa Ana. A la vez que recuerda y pide una oración por todos los mayores fallecidos en el último año a causa de la COVID-19.
Este año la fiesta se hará de manera online, con la celebración de una Eucaristía, el próximo día 2 de febrero a las 11 horas, que será retransmitida por la cuenta de Facebook de Vida Ascendente.
Queridos Hermanos y hermanas de Vida Ascendente:
En el momento de dirigiros esta carta, a petición de la Comisión Diocesana, albergo en mi corazón sentimientos encontrados de alegría y esperanza, pero también de preocupación e impotencia ante la situación que estamos viviendo en este tiempo de pandemia.
Vaya mi recuerdo y oración en primer lugar a los hermanos fallecidos a causa de la COVID-19, a sus familias y amigos y a todos los que sufren por la pérdida de sus seres queridos.
Va también mi oración por los enfermos y por todos los que en vuestras familias ven tambalear su trabajo o su negocio. Son momentos realmente duros y difíciles, en los que, como cristianos, tenemos que estar unidos y mostrar caridad y cercanía.
Mi saludo a todos vosotros que vivís con preocupación en estos días. Los mayores somos el colectivo más vulnerable en estos momentos y debemos de tener un especial cuidado por nuestra salud física, anímica y espiritual. Todo esto nos está afectando muy negativamente en muchos órdenes, pero precisamente por eso también debemos de profundizar en la fe y ponernos en las manos del Señor para que pase pronto esta pesadilla y nos proteja a nosotros y a nuestros seres queridos.
Esta es una más de tantas y tantas batallas que hemos tenido a lo largo de nuestra vida, y si echamos la vista atrás y leyendo con ojos de fe nuestras vidas, descubrimos la presencia y la misericordia del Señor en cada momento. Él es bueno y misericordioso. Nuestras vidas están en sus manos, y eso nos conforta y da esperanza.
Un año más vamos a celebrar la fiesta de nuestros santos patronos Simeón y Ana. Esta vez, sin embargo, no nos podremos reunir y tener esa fantástica convivencia en el Seminario. Lo echaremos de menos sin lugar a dudas. Pero también puede ser una oportunidad para vivir la fiesta a nivel más personal y cercano, en nuestros grupos y parroquias, celebrando la Eucaristía y rezando los unos por los otros.
Los ancianos Simeón y Ana nos enseñan a esperar, a tener nuestra confianza en Dios, que no falla en sus promesas. Nosotros somos impacientes pero Dios tiene sus tiempos y en su sabiduría escribe recto lo que a nosotros nos parece torcido. Este año tenemos muchas dificultades para reunirnos en los grupos, de hecho muchos no se están reuniendo, pero no debemos perder la identidad y debemos seguir creciendo en Amistad, Espiritualidad y Apostolado, aunque sea de otro modo. No nos olvidemos de nuestros amigos y amigas del grupo, llamémosles por teléfono y compartamos experiencias; recemos los unos por los otros; demos testimonio de palabras y sobre todo de obras de nuestra fe y confianza en el Señor.
Igual que el gusano de seda se construye un capullo para meterse dentro, ocultarse y transformarse en mariposa y poner nuevos huevos, aprovechemos nosotros este tiempo para crecer en fe, esperanza y amor, y ser transformados en lo que Dios quiere: hombres y mujeres fuertes, cargados de sabiduría, experiencia, piedad y buenas obras para el bien personal y de los que nos rodean.
Buscad siempre lo positivo de cada circunstancia y sed motivo de alegría y esperanza en vuestras familias, grupos y comunidades parroquiales.
Por otro lado, si podéis, uniros a la celebración de la Eucaristía, que transmitiremos a través del Facebook de Vida Ascendente Diócesis de Jaén, el próximo martes, 2 de febrero a las 11 h. Si no estáis muy puestos en las nuevas tecnologías pedidle a vuestros hijos o nietos que os ayuden en este caso. Rezaremos por los fallecidos, por los enfermos, por los confinados, por los que sufren por cualquier motivo, por los sanitarios y por los que nos cuidan. Pediremos también para que pase pronto esta pandemia y podamos todos darnos un fuerte abrazo de fraternidad.
No me alargo más. Sólo pediros que os cuidéis mucho y expresaros mi deseo de que pronto nos podamos ver de nuevo sanos y más fuertes en la fe.
Vuestro Consiliario
Facundo López Sanjuán