
Con motivo de la festividad del Beato Ceferino Giménez Malla y la conmemoración de los 600 años de presencia del pueblo gitano en España, la Pastoral Gitana de la Diócesis de Jaén ha querido organizar un encuentro festivo y alcanzar las gracias jubilares.
Así, en torno a medio centenar de personas, de la Pastoral Gitana de Puertollano, Murcia, Palma del Río, Guadix, Granada, Andújar y Jaén, se dieron cita, el pasado 1 de mayo, en la Casa de la Iglesia, donde comenzaban la jornada con la bienvenida.
Posteriormente, los fieles se dirigieron al Camarín de Nuestro Padre Jesús, templo jubilar de acogida, donde dio comienzo la celebración, presidida por nuestro Obispo diocesano, Don Sebastián Chico Martínez. Con alegría y entonando diferentes cantos, la procesión partió desde allí hacia la S.I. Catedral, donde fueron recibidos con el repique festivo de campanas en señal de bienvenida.
La celebración eucarística, que tuvo lugar en el Sagrario, tuvo grandes dosis de alegría, cantes y bailes, y estuvo presidida por Monseñor Chico Martínez y concelebrada por el Delegado de la Pastoral Gitana de la Diócesis de Jaén, D. Ángel Sánchez, por los sacerdotes del resto de Pastorales Gitanas allí presentes y el secretario del Obispo, D. Francisco Javier Cova. Del mismo modo, participó el diácono permanente Andrés Borrego.
Las lecturas, la oración de los fieles, las ofrendas y el acompañamiento musical corrió a cargo de las familias gitanas. El Evangelio fue proclamado por Andrés Borrego.

Homilía
Durante su homilía, el Obispo recordó que se estaba celebrando una jornada de profunda alegría y sentido eclesial: «el Jubileo del Pueblo Gitano, en el contexto del Año Jubilar 2025, el Jubileo de la Esperanza, y dentro de la gran efeméride de los 600 años de presencia gitana en España, que estamos celebrando. Una historia tejida de luces y sombras, pero siempre fecunda, marcada por la fe, la familia y la alegría». Para añadir: «Y lo hacemos en este tiempo pascual, cuando la Iglesia proclama con fuerza la victoria de Cristo sobre la muerte. Esta luz pascual nos impulsa a caminar, a caminar juntos, y a caminar en esperanza —como nos invitaba el Papa Francisco al inicio de esta Cuaresma—. Una esperanza viva, encarnada, transformadora».
Asimismo, Don Sebastián quiso subrayar que el Jubileo nos recuerda que la comunión no niega las diferencias, sino que las integra. «Parafraseando a San Pablo, podríamos decir: “Ya no hay gitano ni payo, rico ni pobre… todos somos uno en Cristo Jesús”. Lo que nos une es infinitamente más grande que lo que nos separa: la misma fe, el mismo bautismo, la misma esperanza».
Del mismo modo, quiso recordar que el Pueblo Gitano ha sido testigo de esa esperanza viva «En los mártires como Emilia Fernández, “la canastera”, y Ceferino Giménez Malla, el “tío Pelé”; en las comunidades que se reúnen en torno a la Palabra para celebrar la vida; en las familias que transmiten la fe con autenticidad». Y explicó, además, que su música canta la esperanza, incluso cuando habla del sufrimiento. «Hoy, la Iglesia aprende de vuestra esperanza. Nos enseñáis que la fe no se vive sólo desde los libros, sino también desde el corazón, la experiencia, la comunidad. Nos enseñáis que se puede esperar incluso cuando todo parece cerrado», apuntó.
El Pastor diocesano quiso, también, proponer unas sugerencias concretas para la vida cristiana: caminar con Dios cada día, vivir la fe en comunidad, custodiar la esperanza, dar testimonio de alegría y, por último, acoger y valorar su cultura.
Finalmente, el Prelado culminaba alentándolos a no perder nunca la alegría. «En este Jubileo de la Esperanza, ¡no dejemos que nadie nos robe la alegría ni la fe! Como María, que “se puso en camino con prontitud” (Lc 1,39), pongámonos también nosotros en camino. Caminemos juntos en esperanza, sabiendo que somos hijos de un mismo Padre y hermanos en Cristo».
Al finalizar la Comunión, la Pastoral Gitana de Jaén y la Hermandad del Beato Ceferino, de Palma del Río, quisieron hacer entrega al Obispo de un pañuelo igual que el que se utilizó en 1997 en la beatificación de Ceferino Giménez Malla, por San Juan Pablo II.
A continuación, y como parte de la celebración jubilar, el Canónigo D. Ildefonso Rueda, llevó hasta el presbiterio el Santo Rostro. El Pastor diocesano impartía, con esta reliquia, la bendición solemne.
La celebración culminaba con un canto mariano y una foto de familia.

Posteriormente, en la Casa de la Iglesia pudieron compartir una comida fraterna y continuar con su encuentro festivo, repleto de cantes y bailes.
Galería fotográfica: «Jubileo de la Pastoral Gitana»
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