La parroquia de S. Bartolomé de Torredelcampo y la de El Salvador de Baeza han acogido la celebración de la inauguración de un nuevo curso en el movimiento familiar «Equipos de Nuestra Señora» de Jaén.
Se inicia una nueva andadura en un tiempo en el que la Iglesia vive y celebra grandes acontecimientos. Recientemente el Papa Benedicto XVI declaraba doctor de la Iglesia a S. Juan de Ávila, «Apóstol de Andalucía», vinculado a nuestra diócesis en la que «Maestro Ávila» fue un testigo ejemplar de la fe, fundador de la universidad de Baeza. Con este gozoso nombramiento daba comienzo el Sínodo de los Obispos en Roma sobre «La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana». Días más tarde el Santo Padre inauguraba el «Año de la Fe» coincidiendo con dos acontecimientos eclesiales: el cincuenta aniversario del Concilio Vaticano II y el vigésimo aniversario del Catecismo de la Iglesia Católica. Así pues emprendemos un nuevo curso enmarcado en estas celebraciones de la Iglesia universal en el que en nuestra diócesis tiene como objetivo propio del segundo año del Plan Diocesano de Pastoral «La familia cristina, ambiente insustituible para la transmisión de la fe». Los Equipos de Nuestra Señora haciendo suya esta llamada han comenzado igualmente un nuevo periodo con unas orientaciones de vida para el sexenio 2.012 -2.018 emanadas del XI Encuentro Internacional de Brasilia «Matrimonios inmersos en el amor de Cristo parten hacia el mundo para cuidar de los hombres». Estas «Orientaciones», definidas a partir de la observación de la realidad y de las necesidades de las parejas, guiarán al conjunto de los miembros de los Equipos en una dirección común compartida (Guía de los ENS).
Que «el amor de Cristo habita en nosotros» significa como decía Monseñor Russotto en Lourdes que «Dios ha sembrado en vosotros la vocación del amor en el mundo y para el mundo. Sois Evangelio del amor nupcial que Dios narra en el historia».
La segunda orientación «vivamos cada día en los caminos del mundo». Vivir en los caminos del mundo es llevar dentro de nosotros y comunicar al mundo la resurrección de Cristo, o sea, transmitir mensajes de esperanza a todo hombre que sale a nuestro encuentro, ser para este hombre el signo de esperanza que para él sería Cristo.
Y por último «preocupándonos del hombre», preocupados por toda persona que sale a nuestro encuentro, nuestra familia, los amigos, los vecinos, los compañeros de trabajo…, pero este alguien no es solo el próximo, sino la humanidad entera, especialmente los más necesitados, de los que debemos hacernos cargo responsablemente, en una consciente situación de interdependencia de la familia humana.
Se inicia un nuevo caminar recordando igualmente el saludo del Papa que a través del Cardenal Tarcisio Bertone hizo llegar a los participantes del XI Encuentro Internacional de Brasilia «Los matrimonios de los ENS han de proclamar no solo con sus palabras, sino sobre todo con su vida, las verdades fundamentales sobre el amor humano y sobre su significado más profundo – y proseguía diciendo Su Santidad – invito a los esposos cristianos a ser el dulce rostro de la Iglesia, los mejores y más convincentes mensajeros de la belleza del amor sostenido y alimentado por la fe, regalo de Dios generosamente ofrecido a todos, para descubrir cada día el sentido de la vida…».
Los Equipos de Nuestra Señora estamos llamados a vivir este «Año de la Fe» «que desea contribuir a una renovada conversión al Señor Jesús y al redescubrimiento de la fe, de modo que todos los miembros de la Iglesia sean para el mundo actual testigos gozosos y convincentes del Señor resucitado, capaces de señalar la puerta de la fe a tantos que están en búsqueda de la verdad». («Indicaciones pastorales para el Año de la Fe». Congregación para la Doctrina de la fe).