
Jaén ha vivido un acontecimiento histórico con la beatificación de 124 mártires del siglo XX: un testimonio de fe y entrega. Una celebración multitudinaria, en la que la esperanza, el recuerdo, el espíritu de la reconciliación y el perdón.
Jaén amanecía, este 13 de diciembre con la mirada puesta en la Catedral y con la memoria en esos hombres y mujeres que, ante la prueba más difícil, la de la muerte, no dudaron en entregar la suya por amor a Aquel que antes la entregó por todo el género humano. Pedro Granados; Antonio Martínez López; Juan Ángel Román, Obdulia Puchol, Teresa Basulto, Alberto Pancorbo, Sor Isabel María Aranda…, y así hasta 124 nombres que ya no pertenecen solo a sus familias, sino a los millones de católicos de todo el mundo, para los que desde hoy estos hombres y mujeres son referentes de testimonio, de entrega y de amor, al ser oficialmente declarados mártires.

Esta mañana, la Iglesia de Jaén ha vivido una jornada histórica y luminosa con la beatificación de 124 mártires, sacerdotes, laicos y una religiosa, que entregaron su vida por amor a Cristo in odium fidei. La celebración, que ha daba comienzo a las 11 de la mañana, ha sido presidida por el Cardenal Prefecto para la Causa de los Santos, Marcello Semeraro, representante del Santo Padre León XIV.
Alrededor de 2.000 fieles se han congregado para acompañar la solemne ceremonia, muchos de ellos familiares directos de los nuevos beatos: hijos, nietos, hermanos, sobrinos, tataranietos… de estos testigos de esperanza que, por su entrega valiente, la Iglesia ha reconocido y ha honrado con la palma del martirio. A la celebración, también, ha acudido autoridades civiles y militares, entre ellos, el Delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Jaén, D. Jesús Estrella, así como numerosos alcaldes de los pueblos de donde eran naturales o fueron martirizados los ya declarados beatos.

La Eucaristía, concelebrada por casi 20 obispos, ha contado con la participación del Obispo de Jaén, Don Sebastián Chico Martínez, y los dos eméritos, Don Ramón del Hoyo López y Don Amadeo Rodríguez Magro, quienes han sostenido este proceso y han custodiado con celo la memoria de estos testigos del Evangelio.
Asimismo, alrededor de 150 sacerdotes de toda la provincia, y algunos de diócesis vecinas, han querido estar presentes en esta solemne celebración que ha sido armonizada por MusicAlma, bajo la batuta de José Gregorio Trujillo.

Rito de beatificación
El Obispo de Jaén, Don Sebastián Chico Martínez, ha leído la petición de la Iglesia de Jaén al Santo Padre para que los Venerables Siervos de Dios Manuel Izquierdo, Antonio Montañés y 122 compañeros mártires, hijos de esta Diócesis de Jaén, fueran inscritos en el libro de los beatos. A continuación, el vicepostulador de la causa y delegado diocesano para la Causa de los Santos, D. Andrés Nájera, ha ofrecido un breve relato de la vida y testimonio de los mártires.
Seguidamente, el Cardenal Semeraro ha dado lectura a la Carta Apostólica del Papa León XIV, en la que Su Santidad proclama la solemne beatificación.

Letras apostólicas
«Cumpliendo los deseos de nuestro hermano, Sebastián Chico Martínez, Obispo de Jaén, así como de muchos otros hermanos en el Episcopado y de numerosos fieles cristianos, tras consultar al Dicasterio para las Causas de los Santos, por nuestra autoridad Apostólica, concedemos que los Venerables Siervos de Dios
MANUEL IZQUIERDO IZQUIERDO y 58 compañeros mártires y ANTONIO MONTAÑÉS CHIQUERO y 64 compañeros mártires, sacerdotes diocesanos, religiosos, fieles laicos, testigos heroicos y constantes del Señor Jesús, por cuyo amor no temieron derramar su propia sangre, sean de ahora en adelante llamados Beatos y puedan ser celebrados el día seis de noviembre de cada año, en los lugares y formas establecidos por la ley. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén».
PP XIV

Al término de la lectura de las letras apostólicas ha tenido lugar uno de los momentos más emotivos de la celebración. Mientras MusicAlma entonaba el Pleni sunt coeli –Te Deum– , se ha descubierto una obra pictórica con la imagen de los nuevos Beatos, del pintor torrecampeño Francisco Galán, situada en el tornavoz. A la vez que se abrían 14 de los balcones interiores del Templo Catedral y eran descolgadas las imágenes de los ya declarados beatos, al tiempo que las campanas de la Catedral repicaban jubilosas y los fieles aplaudían con entusiasmo.

Cuatro sacerdotes portaban la urna de las reliquias, acompañada por familiares de los mártires, así como por cuatro contemplativas de las Clarisas de Jaén que acompañaban el cortejo con flores y familiares de los mártires, con velas. En el presbiterio se ha depositado la urna, con los restos de algunos de los mártires, como símbolo tangible de su entrega hasta el extremo. En este momento, se ha interpretado el Himno de los Mártires de Jaén “Cual gotas del Santo Rostro”, con letra del sacerdote D. Manuel Cámara y música del compositor marteño Fernando J. Camacho.
El rito ha concluido con las palabras de agradecimiento de Monseñor Chico Martínez: “La Iglesia de Dios que peregrina en Jaén da gracias al Sucesor del Apóstol Pedro, Su Santidad el Papa León XIV, por haber proclamado beatos a nuestros mártires”.

Finalmente, el Obispo de Jaén, los dos eméritos, el arzobispo de la provincia eclesiástica de Granada, el Vicario General y el Deán de la Catedral y el postulador han recibido del Cardenal una copia de la Carta Apostólica, gesto que selló este hito histórico.
Las lecturas han estado participadas por Alfredo Ureña familia del mártir Antonio José Ureña; la Hermana Favia, Mercedaria del Santísimo Sacramento, el salmo y la segunda lectura, Salomé Martínez, familia de D. Francisco Morales. El diácono D. Jesús Marchal ha proclamado el Evangelio de Juan (12, 24-26). Los seminaristas han ejercido de acólitos, en una Catedral preciosamente adornada, que lucía como la gran joya del Renacimiento que es, en un día único e irrepetible para la Iglesia de Jaén, que peregrina entre olivares.

Homilía
El Cardenal no ha pronunciad su homilía y en su lugar la ha leído Mons. Gianpaolo Rizzotti, Capo Ufficio del Dicasterio para las Causas de los Santos
En sus palabras ha subrayando el espíritu martirial de la Diócesis de Jaén a lo largo del tiempo, lo que la convierte en “cuna de mártires y tierra abundantemente regada con la sangre de los mártires”, para, a continuación, resaltar algunas palabras de la Carta Pastoral del Obispo de Jaén a cerca de estos mártires: “Su única arma fue el amor. Y murieron perdonando a sus verdugos… Este perdón martirial es el fruto más sublime de la esperanza que no se rinde ante el mal”.
El Prefecto para la Causa de los Santos ha querido tomar como guía de su homilía la encíclica de Benedicto XVI, Spe salvi (cf. n. 39) para adentrarse en el misterio de la esperanza como eje de la vida del cristiano. “En ese documento, – ha expresado el Cardenal- se advierte que en nuestra vida hay muchas situaciones en las que nos pueden bastar incluso las esperanzas humanas, las pequeñas esperanzas. Hay otras, sin embargo, en las que necesitamos algo más sólido, más consistente, más válido. Se trata de circunstancias en las que se necesita una «gran esperanza»; Para añadir, “son momentos en los que necesitamos amigos, hermanos y hermanas que con su testimonio nos ayuden a comprender que es posible seguir adelante, que podemos lograrlo. Son momentos en los que «necesitamos también testigos, mártires, que se han entregado totalmente, para que nos lo demuestren día tras día. Los necesitamos en las pequeñas alternativas de la vida cotidiana, para preferir el bien a la comodidad, sabiendo que precisamente así vivimos realmente la vida».

En este sentido, el Cardenal Semeraro ha puesto de relieve el sentido profundo del testimonio cristiano. “Los mártires beatificados hoy son sin duda un modelo de cristianismo. El martirio es el testimonio más elevado de la fe cristiana, porque encarna el amor total a Cristo y a los hermanos, transformando el sufrimiento en redención y la sangre en semilla de evangelización”. Subrayó, además, que, ante la crueldad humana y la fuerza interior del testigo de la fe, «a veces las palabras ya no bastan». Asimismo, recordó la actualidad del testimonio martirial, citando al Papa Francisco: “Os digo que hoy hay más mártires que en los primeros tiempos de la Iglesia. Muchos de nuestros hermanos y hermanas que dan testimonio de Jesús y son perseguidos. Son condenados por poseer una Biblia. No pueden llevar la señal de la cruz. Y este es el camino de Jesús […] La vida cristiana no es una ventaja comercial, no es hacer carrera: es simplemente seguir a Jesús”.
Finalmente, el Cardenal ha concluido con estas palabras: “Al venerar a estos nuevos Beatos y también a todos los demás que los acompañan, pedimos al Señor que nos ayude a sentir y conservar ese deseo, que está unido a la virtud cristiana de la fortaleza: una virtud que, entre otras cosas, nos hace capaces de vencer el miedo, incluso al de la muerte, y de afrontar las pruebas y las persecuciones conscientes de la palabra de Jesús: «Tened confianza; yo he vencido al mundo (Jn 16,33)» (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1808). Oremos, pues: Oh Señor, por intercesión de los nuevos Beatos y de todos sus compañeros, sostennos siempre en la esperanza y en el valor de Tu amor”.

Acción de gracias
Antes de la bendición final, el Obispo, Don Sebastián Chico Martínez, ha tomado la palabra para agradecer en nombre de toda la Iglesia de Jaén y en el suyo propio que, “hoy se ha escrito una nueva página en la historia eclesial de nuestra Diócesis jienense”, ha expresado Monseñor Chico, para continuar, “Por la misericordia de Dios y el discernimiento de la Iglesia, 124 hijos e hijas de Jaén resplandecen ya en el coro de los beatos como testigos de Cristo, mártires por la fe, la esperanza y el amor. Ellos son ‘semilla de esperanza plantada en nuestra tierra, que nunca deja de dar fruto’, y que fortalecidos por la caridad y coronados por la esperanza, han sido declarados mártires de Cristo, testigos del Evangelio hasta la efusión de su sangre”.
De igual modo, el Obispo del Santo Reino ha querido dar las gracias al Papa, a la vez que subrayar ese gran regalo que supone esta beatificación para culminar el año de la esperanza. “En nombre de toda esta Iglesia diocesana, manifiesto nuestro agradecimiento filial al Santo Padre, el Papa León XIV, que con paternal solicitud ha concedido esta Beatificación para bien de la Iglesia que peregrina en Jaén. Mi gratitud profunda a usted, Eminencia Cardenal Semeraro, que como Delegado Pontificio, representando al Santo Padre, ha presidio esta hermosa y esperada celebración en este marco inolvidable, como es el Año Jubilar de la Esperanza, haciendo patente la Providencia divina que nos presenta a nuestros paisanos mártires como “Testigos de Esperanza”.
Las familias, presentes y emocionadas durante toda la celebración, también han recibido el cariño del Prelado jiennense, “Quiero dirigirme, de un modo especial y profundamente emocionado, a vosotros, familiares de los mártires que hoy la Iglesia propone como modelo. Vuestras casas fueron los primeros santuarios donde prendió la semilla de la fe que hoy contemplamos florecida en el martirio. Habéis custodiado, durante décadas, la memoria viva de vuestros padres, madres, abuelos, tíos, hermanos… Habéis transmitido su nombre con respeto, su testimonio con emoción, con lágrimas, con orgullo humilde, y su sangre con dignidad. Felicidades porque hoy veis elevados a los altares a vuestro familiar, y gracias por no permitir que se perdiera la luz que hoy vuelve a brillar para toda la Iglesia”.
Por último, ha hablado del gran símbolo de reconciliación y perdón de este proceso y ha pedido la intercesión de los nuevos mártires ante el Señor, por esta Iglesia y sus gentes. “Hoy, el Señor nos concede un regalo que supera nuestra capacidad de comprender: 124 hermanos nuestros han sido proclamados beatos, testigos de Cristo hasta el final. Su sangre, derramada en nuestra tierra, es hoy semilla de reconciliación, de perdón, de unidad, de paz. Nos invitan a mirar el pasado sin rencor, el presente sin miedo y el futuro sin desesperanza. Que la intercesión de estos 124 mártires de Jaén haga fecunda nuestra Iglesia, fortalezca nuestras comunidades, renueve nuestra caridad y despierte nuevas vocaciones a la familia, al sacerdocio y a la vida consagrada”.

Causa de martirio, historia de amor y fe
«El amor lo soporta todo». Y cuando es la fe la que lleva a amar, se soporta hasta la muerte. Los nuevos mártires eran hombres y mujeres de su tiempo. Algunos, con el propósito vital de llevar a casa el sustento para su familia. Otros, los sacerdotes, con la misión de anunciar el Reino de Dios. La clarisa, enamorada de Dios, vivía retirada del mundo para rezar por el mundo. En definitiva, eran personas que, en su humanidad, se sabían amadas y perdonadas por el Señor. Y ese amor que sentían supieron llevarlo hasta el extremo, al donar su vida, sin traicionar su fe y así, no traicionarse a sí mismos. Seguro que temieron, o ansiaron otro final. Seguro que en sus últimos momentos recordaron a sus hijos, o a sus padres, hermanos, amigos, pero se supieron capaces de hacer el acto heroico de no renunciar a sus creencias, ni a su fe.

El pasado 20 de junio, el Papa León XIV hizo pública la aprobación de la causa de martirio de estos jiennenses, la primera de su pontificado que se publicó en el Boletín de la Santa Sede. Entre los decretos promulgados por el Dicasterio para la Causa de los Santos, se incluyó el reconocimiento del martirio de los Siervos de Dios Manuel Izquierdo Izquierdo y 58 compañeros, así como de Antonio Montañés Chiquero y 64 compañeros, asesinados por odio a la fe en distintos lugares de la provincia.
Con esta beatificación, la Iglesia de Jaén ha abierto un nuevo capítulo en su historia, recordando que la luz de Cristo se ha hecho presente incluso en los momentos más oscuros. La ceremonia, que se ha seguido también por TRECE televisión, ha dejado una huella profunda en la comunidad diocesana y en todos aquellos que buscan inspiración en el testimonio de quienes, con valor y fidelidad, han dado su vida por el Evangelio.
Homilía del Cardenal Marecelo Semeraro, Prefecto para la Causa de los Santos
Palabras de acción de gracias del Obispo de Jaén
Galería fotográfica: «Beatificación de los 124 mártires de Jaén»
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