Ya lo reconoció el Papa Emérito, Benedicto XVI, en su homilía del V Encuentro Mundial de las Familias en Valencia, en el año 2006, al expresar que «la Iglesia nos enseña a respetar y promover la maravillosa realidad del matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer, que es, además, el origen de la familia. Por eso, reconocer y ayudar a esta institución es uno de los mayores servicios que se pueden prestar hoy en día al bien común y al verdadero desarrollo de los hombres y de las sociedades, así como la mejor garantía para asegurar la dignidad, la igualdad y la verdadera libertad de la persona humana».
Dicho y hecho. La Delegación Diocesana para la Familia en Huelva, que ya venía trabajando en este sentido, sintió en estas palabras del Santo Padre un impulso para seguir trabajando y siguió caminando en esta misma dirección. Este fin de semana se celebrará en el Seminario Diocesano el último de los Cursos Intensivos de Preparación al Matrimonio del Curso, con los que se da respuesta a aquellas parejas que por razón de fechas u horario no pueden realizar alguno de los que se programan en Parroquias. Con esta iniciativa, que está cada día más consolidada, el delegado para la familia de nuestra Diócesis, José Antonio García Morales, se muestra muy contento, ya que «ha resultado muy acertada y beneficiosa la novedad que introdujimos el año pasado, con 36 Cursillos en total y ninguno en fecha coincidente, de manera que prácticamente la totalidad de los párrocos se han dirigido a nosotros manifestando su satisfacción por esta fórmula». Por esta razón, ya están elaborando el calendario para el Curso 2013 – 2014, siguiendo este mismo criterio.
Otro de los recursos que está acaparando la labor de esta Delegación es el que se refiere a la Casa-Familia Oasis, para la que tiene encomendada la búsqueda de fuentes de financiación que garanticen su subsistencia. Hasta el momento, han recibido un buen número de suscripciones para colaborar económicamente con este proyecto, pero estas aportaciones aún no cubren la totalidad de gastos que origina la Casa. Con todo, explica García Morales, «continuamos en la búsqueda de benefactores, gracias a los cuales esperamos que muy pronto podamos cumplir con el encargo que hemos recibido, aunque también gestionamos para la Casa ayuda en alimentos no perecederos y muy especialmente en alimentos para niños».
Si bien la Casa Oasis seguirá siendo una prioridad de cara al próximo curso, uno de los principales objetivos apunta al Servicio de Orientación Familiar, que espera contar con unas instalaciones adecuadas en el mes de octubre y que estará integrado por un grupo de matrimonios y expertos, como orientadores familiares, psicólogos, médicos, juristas y trabajadores Sociales. Se trata de un servicio especializado de atención integral a las familias que necesiten y soliciten ayuda. Las intervenciones se realizarán a nivel de asesoramiento y orientación, una tarea que se fundamenta en la antropología cristiana del matrimonio y de la familia, en plena fidelidad al Magisterio de la Iglesia.
Así, se ofrecerá atención a familias con previsible situación de conflictividad, orientación a matrimonios y familias en crisis, ayuda a matrimonios con dificultades con los hijos, asesoramiento a madres gestantes o con embarazos inesperados, orientación moral, espiritual y psicológica, asesoramiento Jurídico Civil y Canónico, orientación sobre la adopción y el acogimiento, para la asistencia social, un aula de Familia, cursos de Formación afectivo-sexual y de Formación al Matrimonio.
Con esta radiografía del trabajo en el que se encuentra inmersa la Delegación, se puede decir que es ardua la tarea que le espera, aunque apasionante un camino que no se recorre individualmente, sino en familia.