«Esta Jornada es una llamada a redescubrir nuestro sentido de pertenencia a una realidad que transciende nuestra particularidad y que, por otro lado, le da sentido y plenitud»
7 de noviembre de 2021 · Día de la Iglesia Diocesana
Queridos hermanos y hermanas:
Queridos hermanos y hermanas:Un año más celebramos el Día de la Iglesia Diocesana y, en esta ocasión, lo hacemos en el contexto del comienzo de la fase diocesana del Sínodo de los Obispos que, bajo el título «Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión», se iniciaba el pasado 17 de octubre. Es deseo del papa Francisco que este sea un tiempo de gracia especial en el que reconocer que nuestro «caminar juntos» es lo que mejor realiza y manifiesta la naturaleza de la Iglesia como pueblo de Dios peregrino y misionero.
La Iglesia se construye como ese «nosotros» compartido en el que cada uno aporta su singularidad de miembro, desde los talentos recibidos y según sus capacidades (Cf. Mt 25,14- 30), para la edificación del cuerpo de Cristo, participando de la misma comunión y misión. Esta Jornada es, pues, una llamada a redescubrir nuestro sentido de pertenencia a una realidad que transciende nuestra particularidad y que, por otro lado, le da sentido y plenitud.
Es algo que hemos podido experimentar de un modo especial en este último tiempo cuando, en medio de la distancia física que nos hemos visto obligados a vivir por causa de la pandemia, se ha despertado en nosotros la conciencia de que no somos «solos”», sino que «juntos» se ensancha nuestra existencia particular y somos capaces de dar una verdadera respuesta a los desafíos que la vida nos pone por delante.
Muchas han sido las muestras de solidaridad y los esfuerzos por mantenernos comunicados y activos; muchas las iniciativas de particulares y grupos para continuar con la labor que, en todas sus dimensiones, lleva a cabo la Iglesia y de la que esta revista da cuenta. Todo ese esfuerzo y creatividad «extra», por así decirlo, han supuesto un aprendizaje en el que nuestra conciencia y experiencia comunitaria se han ensanchado. Ahora que nos encaminamos hacia la recuperación de esa deseada normalidad, no olvidemos la lección y hagamos también «normal» en nosotros esa capacidad de «contar con el otro», de ayudarnos a responder más y mejor a nuestra misión como Iglesia en medio de la sociedad de Huelva.
Junto al Sínodo, otro acontecimiento eclesial ocupa este curso pastoral. Se trata del año Familia Amoris Lae titia que estamos celebrando y en el que se nos invita a redescubrir la fuerza evangelizadora de la familia cuando esta vive en el «amor auténtico». La familia es una escuela para la Iglesia de la que puede aprender a vivir, entre sus miembros, relaciones más humanas y fraternas. A su vez, la Iglesia muestra a las familias de nuestra sociedad el gran misterio del amor, que es Cristo entregado al extremo, frente a una cultura del descarte en el que la moral cristiana se nos presenta como una reliquia del pasado. La Iglesia diocesana es esa gran familia que, en la vivencia cotidiana de este amor, testimonia a Dios en medio del mundo.
Somos lo que tú –cada uno–, nos ayudas a ser. Somos una gran familia contigo. Ese es el mensaje que nos lanza esta Jornada y en el que os invito a seguir profundizando, participando de la misma misión y en comunión.
Para todos mi saludo fraterno y mi bendición.
+ Santiago Gómez Sierra, Obispo de Huelva