Un millar y medio de personas se reunieron en la ermita de Ntra. Sra. de la Bella. En un ambiente festivo y fraterno, el pasado domingo, 6 de abril, se celebró la Pascua de la Familia en la Ermita de Ntra. Sra. de La Bella de Lepe, donde acudieron a la convocatoria de la Delegación Diocesana de Pastoral Familiar, alrededor de 1.500 personas. Tras la acogida se celebró la Eucaristía presidida por el Obispo, D. José Vilaplana Blasco, que destacó la importancia de la Comunidad Familiar reunida en el día del Señor.
En su homilía, Monseñor Vilaplana desarrolló tres ideas fundamentales a la luz de la Palabra de Dios proclamada en este III Domingo de Pascua:
En primer lugar, la importancia de poner el Evangelio en la vida familiar como medio de resolución de conflictos y motivación permanente para vivir la gozosa esperanza a la que somos llamados.
Seguidamente, Don José habló de la centralidad de la Eucaristía como fuente de los miembros y las relaciones familiares, subrayando el gesto de la fracción del Pan como signo de la donación más extrema a la que nos invita Jesús y la consecuencia de la vida de fe, que ha de manifestarse en la entrega generosa de nuestras vidas como el mayor gesto de amor que podemos hacer unos con otros.
Finalmente, el Obispo de Huelva dijo que, como "el corazón de los discípulos de Emaús", nuestro corazón tiene que arder en el deseo de atender a los más pobres y necesitados, abriendo nuestros hogares y dándole un lugar preferencial a nuestra mesa a quienes se quedan excluidos de la realidad social. El hogar cristiano o es casa de todos o no es verdaderamente cristiano.
Con múltiples imágenes del ámbito familiar, y destacando el icono de Nuestra Señora de La Bella cuyo pecho es un Sagrario, se dirigió a los presentes, especialmente, a los más jóvenes a quienes dijo que Jesús, el Amigo que nunca falla, camina con ellos por el camino de la vida.
El resto del día transcurrió en un ambiente festivo, donde unas 350 familias venidas de toda la geografía de la provincia comieron a los pies de la Ermita de la patrona de Lepe, como en una sola mesa donde se compartieron los aperitivos, las inquietudes, las esperanzas.
La Hermandad de Ntra. Sra. de La Bella mostró una gran hospitalidad en todo momento, en la preparación del evento, en las fresas y naranjas que repartieron a todos los presentes y en la animación del día a cargo del coro de la Hermandad. Por ello, el Delegado Diocesano de Pastoral Familiar, José Antonio García Morales, agradeció, en el acto de clausura, a Dios, primeramente, a los presentes, a los colaboradores y al párroco de Lepe, Feliciano Fernández Sousa, el ambiente festivo en el que se había desarrollado el día, volvió a señalar la importancia de crecer en la conciencia de Familia Diocesana que todos formamos y para lo cuál se desarrollan actos de este tipo.