Queridos diocesanos:
Esta mañana del 31 de diciembre de 2022 a las 9,34 horas, según ha comunicado la Santa Sede, el Papa emérito, Benedicto XVI, ha muerto en el convento Mater Ecclesiae en el interior de la Ciudad del Vaticano, donde residía desde su renuncia al Papado en febrero de 2013, a los 95 años de edad. Esta noticia, no por esperada, deja de llenarnos de tristeza, aunque siempre experimentada con la esperanza que nuestra fe cristiana nos ofrece ante la muerte.
En una carta publicada el pasado 8 de febrero el Papa emérito nos dejó un testimonio verdaderamente hermoso de cómo estaba viviendo la proximidad de su muerte. Estas son sus palabras:
«Muy pronto me presentaré ante al juez definitivo de mi vida. Aunque pueda tener muchos motivos de temor y miedo cuando miro hacia atrás en mi larga vida, me siento, sin embargo, feliz porque creo firmemente que el Señor no solo es el juez justo, sino también el amigo y el hermano que ya padeció Él mismo mis deficiencias y por eso, como juez, es también mi abogado (Paráclito). En vista de la hora del juicio, la gracia de ser cristiano se hace evidente para mí. Ser cristiano me da el conocimiento y, más aún, la amistad con el juez de mi vida y me permite atravesar con confianza la oscura puerta de la muerte. A este respecto, recuerdo constantemente lo que dice Juan al principio del Apocalipsis: ve al Hijo del Hombre en toda su grandeza y cae a sus pies como muerto. Pero el Señor, poniendo su mano derecha sobre él, le dice: ‘No temas: Soy yo…’ (cf. Ap 1,12-17)”.
Con la confianza en Dios que él ha tenido, recemos por su eterno descanso como nos enseña la Iglesia:
Oh, Dios,
fiel remunerador de las almas,
concede a tu siervo difunto el papa emérito Benedicto XVI,
a quien constituiste
sucesor de Pedro y pastor de tu Iglesia,
que, por los ministerios de tu gracia y tu perdón
que administró fielmente en la tierra,
goce con alegría junto a ti en el cielo para siempre.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Ruego a los sacerdotes, miembros de la vida consagrada y fieles laicos que encomienden en su oración personal y comunitaria el alma de nuestro amado Papa emérito Benedicto XVI. Pido a los párrocos de la Diócesis que en todos los templos a la hora más oportuna toquen las campanas en señal de duelo. Hoy y mañana, Solemnidad de Santa María, Madre de Dios, exhorto a tener una especial mención en la oración de los fieles por su eterno descanso. Igualmente, solicito a todos los sacerdotes que a partir del lunes día 2 de enero y cuando no coincida con solemnidad, observando las normas litúrgicas, celebren Misas por su eterno descanso. Después de la Misa exequial que se celebrará en Roma, informaremos de la Misa funeral que presidiré en la Santa Iglesia Catedral.
Con mi afecto y bendición,
+ Santiago,
Obispo de Huelva
La entrada Palabras del obispo de Huelva, Mons. Santiago Gómez, ante el fallecimiento de Benedicto XVI, papa emérito se publicó primero en Diócesis de Huelva.