«Pastores misioneros»

Carta del obispo de huelva, Mons. Santiago Gómez, con motivo del Día del Seminario

Querido hermanos y hermanas:

Ya hace varios meses que estoy con vosotros para servir a esta Iglesia diocesana que el Señor me ha encomendado. Os agradezco, sincera y cordialmente, vuestra acogida y colaboración, que os reclamo una vez más con motivo del Día del Seminario, aplazado por la pandemia del coronavirus al próximo día 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción.

El lema propuesto, ‘Pastores misioneros’, expresa el objetivo primordial de la formación en el Seminario de los candidatos al ministerio sacerdotal. En efecto, los sacerdotes en cuanto partícipes del sacerdocio de Cristo, Cabeza, Pastor, Esposo y Siervo, somos en verdad “pastores” y en cuanto enviados por Cristo, como los Apóstoles, somos “misioneros”. Por eso, los futuros sacerdotes –como nos enseña el Papa Francisco– han de prepararse para vivir en una “Iglesia en salida”, en una permanente “conversión pastoral” y “misionera” (Cf. Evangelii Gaudium 24 y 25).

Esta Jornada es una magnífica oportunidad para acercar el Seminario a nuestras comunidades, de modo que se le conozca mejor y se le tenga más afecto, de orar al Señor para que sean más numerosos e idóneos los candidatos al sacerdocio y para solicitaros vuestra colaboración económica. Actualmente contamos con dieciocho seminaristas, de los que tres están en la etapa pastoral del diaconado. Esta gozosa realidad, por la que hemos de dar constantemente gracias a Dios, no puede ocultarnos la dificultad que experimentamos para suscitar nuevas vocaciones, sobre todo, si tenemos en cuenta que el número de los que ingresan y llegan a las ordenaciones es más escaso que el de los sacerdotes que se jubilan y fallecen.

De ahí que para nuestra Diócesis, la promoción de las vocaciones a nuestro Seminario ha de ser una de sus prioridades pastorales, pues la pastoral de la llamada es un aspecto importante de la conversión pastoral a la que estamos llamados (Cf. DFSJ, nn. 139 y 141) y que no podemos olvidar.

Pero, para que la pastoral de la llamada sea fecunda, hace falta que la acompañemos con el testimonio de nuestra propia vida. La historia de no pocas vocaciones suele ir unida al testimonio de sacerdotes que viven con alegría su vocación y son capaces de provocar, en particular en los jóvenes, el vivo deseo de responder generosamente y sin demora a Cristo que llama a seguirlo más de cerca.

Finalmente, la oración de toda la comunidad cristiana es la principal actividad de la pastoral vocacional. Recordad la recomendación de Jesús: “Rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies” (Mt 9, 38). Todos unidos, tengamos la humildad, la confianza y la valentía de rezar con insistencia por las vocaciones, de las que estamos tan necesitados.

¡Que María, Madre Inmaculada – Patrona de nuestra Diócesis y de nuestro Seminario– interceda ante el Señor para que nos conceda nuevas y santas vocaciones en la nueva etapa del camino que hemos comenzado!

Para todos mi abrazo fraterno y mi bendición,

+ Santiago Gómez Sierra

Obispo de Huelva

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