Nuevo convento en la diócesis

El pasado 26 de diciembre, día de San Esteban protomártir, a las tres de la tarde, hora de la Misericordia, entraron las Madres Carmelitas Descalzas en el Monasterio construido para ellas en Cumbres Mayores, para establecer como nueva comunidad contemplativa en nuestra diócesis bajo la advocación de la Divina Misericordia y a San José. Nuestro Obispo bendecirá el Monasterio y proclamará el Decreto de Fundación y Erección Canónica el próximo 2 de febrero, día de la Presentación del Señor y Jornada de la Vida Consagrada.

Recibidas por un grupo de fieles a las puertas del templo parroquial, tras un momento de bienvenida y adoración en el interior de la iglesia, las once monjas carmelitas, de las cuales cuatro son novicias, acompañadas del párroco, Antonio Lucena, y miembros de la parroquia, caminaron hacia su nueva casa desde la que rezaran por sus vecinos. Por eso, interrumpiendo su camino, entraron en el cementerio de la localidad para rezar un responso por los difuntos, antes de continuar su camino hasta el monasterio, que se sitúa frente a la Ermita de la Virgen de la Esperanza, patrona de Cumbres Mayores, ante la que cantaron la Salve, y finalmente ingresaron en el monasterio acompañada de la gente y recorriéndolo para conocer su nuevo hogar.

De esta manera se veía cumplido un proyecto que se venía trabajando desde el 15 de octubre de 2005, día de Santa Teresa de Jesús. Aquel día, el párroco, junto a dos seglares de la parroquia comentaban en las proximidades de la ermita de la patrona: «qué buen lugar para un Monasterio de Carmelitas Descalzas»; y desde ese mismo momento se amplió el grupo de seglares, se adquirió el terreno, se llevó a cabo la obra, etc. todo esto con el correspondiente beneplácito del Obispo, que acogió la idea y se puso en contacto con las Madres Carmelitas Descalzas.

El 6 de junio de 2011 nuestro Obispo bendijo y colocó la primera piedra en el recinto a construir, acompañado del alcalde y las autoridades locales. El proyecto, a cargo del arquitecto Antonio Villarrasa Clemente, que donó su elaboración y seguimiento, abarca la construcción de mil quinientos metros construidos, financiados a base de donaciones, rifas y eventos programados por lugareños enamorados de esta aspiración. El monasterio, que aún no cuenta con Capilla ni con el cerramiento propio, sigue necesitando de la generosidad de benefactores para concluir la totalidad de la obra, pero esto no ha sido impedimento para que las monjas inicien su estancia en él.

Un sueño llevado a cabo gracias al trabajo y generosidad de quienes han formado la Comisión Pro-Monasterio, constituida para tal fin; un grupo de señoras de Cumbres Mayores y de Cañaveral, que han llevado todo el peso de la pintura del edificio y la limpieza de éste; al arquitecto superior y el arquitecto técnico, como antes hemos referido; y a su grupo de albañiles que se han extralimitado de su trabajo ayudando en todo lo necesario; a la feligresía de Cumbres Mayores y Cañaveral de León que han colaborado en todo cuanto se les ha pedido y que siguen colaborando; a la Hermandad del Carmen de Paterna del Campo y a los sacerdotes Francisco Aguilar, Manuel Sevillano, Miguel Fuentes, …

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