«Milagro de la Reina de los Ángeles»

La Peña de Arias Montano, en Alájar, en pleno corazón de la Sierra de Aracena, es un paraje único, situado en un entorno natural espectacular como seguramente ya todos conoceréis. Pero sin duda, la guinda del pastel es la Ermita de la Reina de los Ángeles, que ha hecho de este lugar un centro importante de peregrinación. La piedad popular se refleja en la cantidad de exvotos por los favores y milagros recibidos por intercesión de Reina de los Ángeles, por los cuales fue coronada canónicamente el 2 de agosto de 2004 en un acto solemne.

Luisa, desde joven, conocía esta “fama de santidad” de la Reina de los Ángeles, y acudía a rezarle en cuanto podía. Hay que tener en cuenta que ella a menudo iba a visitar a su familia de Fuenteheridos, pueblo muy cercano a la Peña.

Esa gran devoción de la Madre por la Reina de los Ángeles se la transmitió, como es natural, a las niñas y a las ancianas. En más de una ocasión llevó allí a las niñas en peregrinación.

También a las ancianas les hablaba mucho de la Reina de los Ángeles. Tanto fue así que, de tanto oír hablar de aquella, un buen día le pidieron a la Madre Luisa que las llevase a la Peña a visitar a la Virgen. Ella siempre procuraba complacer a las ancianas en la medida de lo posible, pero no tenían dinero, y no le gustaba contraer deudas. La Madre nunca tomaba ninguna decisión sin consultarla antes con el Santísimo.  Así pues, después de entrar en la capilla, confiada en la Providencia, resolvió ponerlo en práctica. Habló con Germán Bellido (jefe de la línea de autobuses) y le pidió que no cobrara muy caro, y él dijo que de acuerdo y que, además, podían pagarlo poco a poco. Y se fueron de excursión disfrutando como niñas. La Madre Luisa se quedó a cargo de las ancianas impedidas y, como siempre, se puso a rezar en la capilla para pedir al Señor su ayuda, mientras las ancianas estaban de excursión.

Siempre tan generosa, quiso que pasaran un día espléndido, incluso tomaron café con los famosos dulces de Aracena. El gasto total fue relativamente grande, tres mil pesetas pero por ser para las ancianas, la Madre decidió asumirlo. Pasaron un día maravilloso. Volvieron ya de noche, cantando con mucha alegría.

Estando bajándose del autobús a la entrada de la casa, la Madre les dijo a las Hermanas: “No tenemos suficiente dinero, y no me gusta dejar a deber, pero, en fin, Dios proveerá”.

Lo que sucedió a continuación y todavía se me ponen los pelos de punta –cuenta la Hermana Mª del Pilar Angulo en su testimonio[1]– fue que, en ese preciso momento, se acercó un hombre al que le había tocado la lotería y dijo: “Yo vengo a traer una limosna”. Traía un sobre, que recogió una de las hermanas y se lo dio a la Madre. Después de darle las gracias, el hombre se marchó. Entonces la Madre abrió el sobre y ¡contenía justo las tres mil pesetas! ¡Cuántas gracias le dio la Madre al Señor por aquel detalle que había tenido con las ancianas! A la vista de tantas delicadezas divinas, siempre tuvimos la certeza de que el Señor acudía y la atendía en sus oraciones. Y la Madre concluyó que, efectivamente, fue voluntad de Dios que las ancianas hubiesen ido a visitar a la Reina de los Ángeles, como el Señor le dio a entender en la capilla.

Esta misma Hermana, muy contenta e impresionada, quiso hacer partícipe de este hecho milagroso a Celia (una servidora), contándole esta historia[2]. Este acontecimiento también está registrado en los anales de la Hermandad de la Reina de los Ángeles de Alájar.

Un detalle que refleja la devoción de la Madre a la Reina de los Ángeles es que, cada vez que tenían un coche nuevo, lo llevaban a la Peña para que la Virgen se lo bendijera. Esta tradición la adquirieron las niñas que ella acogió en el Asilo. Cuando se casaban y formaban sus familias, llevaban también sus coches a la Reina de los Ángeles.

Otro ejemplo de la veneración de la Madre a la Stma. Virgen, queda de manifiesto en el escrito que le envía a la presidenta de Acción Católica Juvenil, María Abaurrea, el 7 de abril de 1948. Luisa trabajaba intensamente desde años atrás en ACJ, primeramente, como secretaria, y después como delegada de ACJ para la Cuenca Minera dando charlas y organizando retiros y Ejercicios Espirituales. En aquel escrito le insta a la presidenta que, después de los Ejercicios Espirituales para las jóvenes, tendrá lugar “una peregrinación a un santuario de la Santísima Virgen emplazado dentro de nuestra comarca /…/ El sábado, último día de Ejercicios, iremos en peregrinación de amor a postrarnos a los pies de la Santísima Virgen para que Ella escuche favorablemente todas nuestras peticiones y bendiga los buenos propósitos de Ejercicios”[3].

«Virgen Santísima, cúbrenos con tu manto»

Celia Hierro, congregante mariana
Postuladora de la Causa de beatificación y canonización de la M. Luisa Sosa
En Madrid, a 2 de agosto de 2025
Memoria de la Reina de los Ángeles


[1] Testimonio de la Hna. Pilar sobre la Reina de los Ángeles

[2] Carta de Mari Pili a Celia, 26 de noviembre de 1973

[3] 1948-04-07 Escrito a la presidenta de Acción Católica

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