La realidad de los asentamientos chabolistas de personas migrantes en Huelva

«Trece años de campamentos y vergüenza en Huelva», es el titular aparecido hace unos días en un diario digital de Huelva.

Nos recuerda este medio que, desde el año 2001, parte del colectivo de temporeros que saca adelante la recolección de las fresas y frutos rojos en toda la provincia, malvive bajo plásticos, de una forma más o menos estable alrededor de los invernaderos y plantaciones distribuidos por la geografía onubense.

En abril de 2013, Cáritas Diocesana contabilizaba unas 1400 personas en estas condiciones, sólo en la zona del Condado occidental. Estos campamentos ya son núcleos permanentes y, quienes los habitan, carecen de todos los elementos básicos que permiten vivir con dignidad: luz, agua, alimentación, saneamientos… Cáritas ha hecho visible en numerosas ocasiones esta situación, con la que trabaja permanentemente. En varios comunicados hechos públicos a lo largo de estos años, la organización de la Iglesia ha recordado que estos trabajadores malviviendo en estas condiciones, tienen derechos y dignidad, llamando a las distintas administraciones para no seguir tolerando y dar solución a la situación inhumana e indigna que viven diariamente etas miles de personas migrantes.

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