La memoria del cura Paco Girón

Tras el parón navideño, nuestro Obispo retoma su visita pastoral por las parroquias de Huelva capital, en esta ocasión recala en la parroquia del barrio de Fuentepiña, San Pablo Apóstol, de gran calado social, sellado por la memoria de un testigo del evangelio, el querido cura Girón.

Como hemos venido contando en anteriores artículos, desde la creación de la diócesis su primer obispo, Pedro Cantero Cuadrado, se preocupó de crear nuevas parroquias para responder al crecimiento que estaba alcanzando la ciudad de Huelva. Dicha preocupación ya había sido manifestada por el Cardenal Segura, arzobispo de Sevilla y, por tanto, pastor de nuestras tierras hasta la creación de la nueva diócesis onubense, en una carta pastoral publicada en el diario Odiel el 19 de marzo de 1953. Los primeros obispos de Huelva tomaron esta tarea. En el caso que nos ocupa, la parroquia de San Pablo fue creada por decreto del Obispo Rafael González Moralejo el 25 de enero de 1971, desmembrada de Santa María Madre de la Iglesia y destinada, en un principio, a acoger a unos 10.000 habitantes.

El problema de la vivienda en Huelva se agudizaba especialmente por la llegada de familias venidas de los pueblos a la capital buscando trabajo, al calor del Polo de Desarrollo de Huelva, muchas de ellas provenientes de la cuenca minera que, siendo normalmente una mano de obra cualificada, huyen de la crisis de la minería.

Según nos relata Ángel Manuel Rodríguez Castillo en su libro «Paco Girón, notas para una biografía», para hacer frente a este problema de la vivienda se constituye, animado por el joven y dinámico sacerdote Andrés Pérez López, un grupo cooperativo que toma el nombre de Fuentepiña y que, a lo largo de varios años, va dando forma a un nuevo barrio. En este proyecto toman parte entusiasta cristianos que se comprometen desde su opción de fe por mejorar las condiciones de vida de esta gente.

El 23 de septiembre de 1975 es nombrado primer párroco de San Pablo el sacerdote Francisco Girón quién, con un equipo de «curas obreros» formado por Manuel Martín de Vargas, Manuel Salazar Monge y Juan García Muñoz, se entregan a la causa de «crear barrio», que es un paso más allá del construir viviendas y urbanizar calles.

El propio Paco Girón, como era conocido por todos, cuenta el origen de la parroquia presentándolo, aunque no explícitamente, como una especie de fruto de una reunión sacerdotal y apostólica en la espiritualidad y compromiso del Prado: «cuatros sacerdotes, amigos, amigos, nos pusimos de acuerdo para ser párrocos de la Barriada del Higueral. El Sr. Obispo nos había nombrado, a petición nuestra, para formar allí un equipo. Los primeros días celebramos la Eucaristía en las casas».

Así, esta parroquia de barrio obrero comenzó funcionando en unos bajos comerciales adaptados, y se convirtió en poco tiempo en un auténtico centro del barrio, que aglutinaba a sus vecinos, no solo en actividades religiosas y pastorales, sino en un fuerte sentimiento de barrio y de hermandad. Y es que, en el pensamiento y proyecto de sus cuatro curas fundadores, la parroquia, antes que un lugar, era una familia, una hermandad comprometida. Ahora, el pueblo de Huelva recuerda al querido Paco Girón al cumplirse los cinco años de su muerte, con una semblanza y la celebración de la Eucaristía en la Casa de Acogida que lleva su nombre, la tarde del pasado miércoles 15 de enero.

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