El sacerdote D. Antonio Pulido falleció ayer en Huelva, a la edad de 99 años. Sanjuanero y nacido un 27 de noviembre de 1916, las circunstancias de la vida le llevaron a él y a su familia a Huelva, pero siempre mantuvo viva la semilla de la fe cristiana con la veneración a San Juan Bautista. En esta Iglesia, el 7 de enero de 1917, recibió el Bautismo de manos de otro sacerdote sanjuanero y sanjuanista, D. Pedro García y García; y el 17 de noviembre de 1921, le fue conferida la Confirmación por el Cardenal Ilundain.
Más tarde, después de ejercer un trabajo, concretamente en una farmacia, sintió la llamada -como San Juan Bautista-, para “ser profeta del Altísimo, para ir delante del Señor anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados”. Y, un 18 de noviembre de 1951, en Badajoz, en la Capilla de su Palacio Episcopal, fue consagrado como Sacerdote de Jesucristo por el Obispo pacense Don José María Alcaraz y Alenda. Después vinieron los diversos destinos para servir como Párroco a la Iglesia en San Nicolás del Puerto, Santa Bárbara de Casas, El Campillo, Nerva, Almonte, Nuestra Señora del Pilar, de Huelva; y otros cargos como profesor de religión en varios institutos -hay que destacar su vinculación al colegio María Inmaculada de Huelva-; Consiliario del Serra Club; y asistente eclesiástico de la Hermandad de la Esperanza de Huelva, de la que ha sido capellán honorario.
Ha vivido sus últimos años en la residencia Santa Teresa Jornet de Huelva. La misa exequial será hoy, a las 12 horas, en la parroquia de Nuestra Señora del Pilar de Huelva, presidida por nuestro Obispo.