Fue párroco de Chucena durante veintiséis años. A la edad de 81 años, murió el pasado martes, 21 de abril, en la Residencia Sacerdotal de Sevilla, D. Jesús Alcudia Medrán, párroco durante más de 26 años de Chucena. Nacido el 13 de diciembre de 1927 en Dos Torres, preciosa población cordobesa, D. Jesús Alcudia se sintió siempre sacerdote de la Diócesis de Huelva donde ha ejercido su ministerio desde el año de su ordenación, el 2 de abril de 1960 en la Catedral de Sevilla. Sus últimos años, debido a su enfermedad, ha estado retirado, primero en Granada y luego en Sevilla desde donde, de un modo fijo y permanente, acudía cada Martes Santo a la Catedral de Huelva para abrazar a su Obispo y a sus compañeros, para sentirse miembro de nuestro Presbiterio Diocesano y para renovar su promesa sacerdotal a Dios en esta Diócesis a la que siempre amó con pasión y de la que siempre se sintió sacerdote. Nos ha extrañado su ausencia en estos últimos años, la enfermedad le ha ido minando sus fuerzas.
La última vez que estuvo con nosotros fue en la Despedida como Obispo de D. Ignacio Noguer y en la Toma de Posesión de D. José Vilaplana, porque él nunca faltaba en los acontecimientos de nuestra Diócesis, a pesar de sus achaques y de la distancia. Y, de un modo permanente también, después de la comida fraterna del Martes Santo con los compañeros, el mismo favor y la misma súplica, “llévame a Chucena”, este era su pueblo, su amor, el pueblo al que había servido durante tantos años, donde tantos recuerdos ha dejado y donde tantas vivencias de alegría y de dolor ha tenido y donde tantas veces ha celebrado las Fiestas Patronales en honor a la Virgen de la Estrella, su Patrona.
Los primeros años de sacerdote trabajó sucesivamente como Vicario Parroquial en Cartaya y en Nerva, fue luego durante dos años Párroco de Buitrón y Encargado de El Pozuelo y, después de ser durante tres años Párroco de Arroyomolinos de León, fue trasladado a Chucena. Allí ha estado desde 1968 hasta 1993 cuando, aquejado de sus males, fue autorizado por el entonces Obispo de Huelva, D. Rafael González Moralejo a retirarse a la Residencia de los Hermanos de San Juan de Dios de Granada, donde ejerció una intensa labor en atención al Confesionario y a las necesidades de la Iglesia de San Juan de Dios. Pasó luego por la Residencia Cristo Roto de Gibraleón y la de San José de Villalba del Alcor, recalando por fin en la Residencia Sacerdotal de Sevilla, buscando la cercanía de su familia, donde ha fallecido cristianamente.
Descanse en paz tan incansable sacerdote al que Chucena siempre recordará por su entrega, a tiempo y a destiempo como San Pablo, por su disponibilidad sin condiciones a todos, especialmente a los humildes y necesitados, que fue su amor de siempre. D. Jesús Alcudia pidió para Chucena la Comunidad Neocatecumenal que aún hoy se mantiene viva y fiel en número y en entusiasmo. El Señor sabrá recompensar su trabajo y desvelo, la entrega de la vida sacerdotal de Don Jesús. Quien prometió no dejar sin recompensa ni el vaso de agua ofrecido en Su Nombre a los pequeños, el Señor Jesús sabrá premiar con la eterna recompensa a quien entregó generoso su vida a Dios y a los demás.