El “ejemplo” de esta Semana Santa

Es difícil resumir en unos cuantos párrafos todo lo acontecido durante esta Semana Santa, pero si hay una palabra que pueda condensar su esencia es la palabra ejemplo. La liturgia, entrelazada en esa expresión tan rica de nuestra tierra, con los pasos en la calle ofreciendo una completa catequesis –sin desdeñar su gran belleza estética que también predica- hacen que la Semana Mayor sea una llamada a la conversión y aliente la vida.

Y volvemos a la palabra ejemplo. Tras un espléndido Domingo de Ramos y un Lunes Santo con gran protagonismo de niños, pueblos y barrios, el Martes Santo, vestido de Pasión, se inició con la celebración de la Misa Crismal en la Catedral, en la que nuestro Obispo, José Vilaplana dio a los presbíteros allí congregados: “seamos buenos cristianos y seremos excelentes sacerdotes”. El Obispo recordó que “somos un pueblo ungido por el Espíritu Santo, que necesita sacerdotes que se renueven permanentemente para afrontar los retos y dificultades del presente con una llamada a acompañar a los jóvenes en su fe y en su vocación y con el testimonio de un sacerdote mártir, D. Mariano Caballero”.

Después de un Miércoles Santo tan mariano como es en Huelva, el triduo Pascual arrancó con la celebración de la Misa en la Cena del Señor, en la que D. José Vilaplana hiló su predicación con la cita “Os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis” (Jn 13,15). Según el Obispo, “con estas palabras y gestos de Jesús nos podemos acercar a lo que constituye el aspecto más íntimo e integral de la existencia de Cristo. Él es para los demás, no es para sí mismo. Si alcanzamos a entender esto, estaremos muy cercanos al misterio de Jesús y sabremos también lo que significa seguirle”. Jueves y Viernes Santo que nos introduce en la Pasión y Muerte del Señor, el “ejemplo de Amor más grande”, el de Aquel que da la vida por sus amigos, contemplado en los Santos Oficios y en las calles de nuestros pueblos, cuando la madrugada se hace intensa, como la oración.

Un silencioso Sábado Santo y la Vigilia Pascual en la Santa Iglesia Catedral precedieron al momento central de la Resurrección, que a lo largo y ancho de la provincia derrama la alegría de Cristo, que ha vencido a la muerte, para abrir el paso al tiempo de Pascua, con numerosas romerías en la geografía onubense que vislumbran el camino a Pentecostés. Tiempo para dar acogida a los nuevos hermanos, los hijos e hijas nacidos de la Fuente Bautismal, como Carolina, adulta de la comunidad parroquial de Minas de Riotinto, que fue bautizada por nuestro Obispo en la Catedral la tarde del Domingo de Resurrección.

Y además, la coincidencia de los calendarios Gregoriano –por el que se rige el rito romano- y Justiniano –al que obedece el rito oriental-. Este año los dos ritos católicos han celebrado el mismo día la resurrección de Cristo.

La comunidad greco-católica, conformada por más de mil ucranianos en toda la provincia, celebró su Pascua de Resurrección el sábado en el templo parroquial de los Santos Cirilo y Metodio, en la plaza Tesoro de la Aliseda de Huelva, en el mismo día en que el resto de las parroquias de la diócesis celebraron su Vigilia Pascual. Nuestro obispo, José Vilaplana, se acercó al templo para dar su bendición y saludar a los feligreses bizantinos.

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