El Camino Neocatecumenal evangeliza las calles

Ya estamos en danza. Coincidiendo con el día del Domund, día mundial de la propagación de la fe, nuestra Parroquia de San Leandro como muchas de la provincia y de la ciudad, hemos salido en misión a las calles y plazas para anunciar el amor más grande que Dios nos ha tenido, manifestado en Jesucristo. Con gran alegría el Camino Neocatecumenal comienza la evangelización en la Parroquia los lunes y jueves de estos meses previos a la Navidad, a la que estamos invitados todos, feligreses o no, a partir de los doce años, bajo el lema “¡Ven! Dios te ama”.

Jóvenes, mayores y niños, familias enteras, hacemos nuestro el mandato de Jesús: “Id y anunciad el evangelio a toda la gente…”. Con ese pensamiento y con ese entusiasmo vamos recorriendo las calles guitarra en mano, con bongos y aros, cantando y bendiciendo a Dios por lo bueno que ha sido con nosotros, que sabiendo de nuestras infidelidades, falsedades y mentiras, se ha acercado a cada uno para abrazarnos, para decirnos: “Yo te amo”. Y en la cruz hemos visto ese gran milagro, nos ha hecho personas nuevas, nos ha salvado. Ha hecho que todos nosotros, sometidos a los deseos del mundo, esclavos de la comodidad, del lujo, del afán de dinero y de tantos vicios, pensando que ahí estaba la vida, nos veamos hoy libres para manifestar lo contrario, que la vida es tener a Dios dentro del corazón, descubrir su grandeza, su misericordia y su fidelidad. Él, que nos ha despojado de nuestros egoísmos, de nuestros complejos, de nuestra soberbia, nos ha dado un nuevo ser, ha dado sentido a nuestra vida, ha salvado nuestro matrimonio, a nuestros hijos, a nuestra familia y nos ha abierto el cielo.

Éste ha sido el motivo de nuestra salida, después de hacer el anuncio en las misas de la Parroquia. Más de cien personas hemos rezado los laudes con cantos y bailes, hemos proclamado la Palabra, el anuncio de la Verdad, que es Cristo resucitado, hemos disfrutado recorriendo los lugares de alrededor, frente al bar El Faro, la rotonda del Papa, frente al bar La Ría, mientras la gente, en las terrazas de los bares, transeúntes o en sus balcones, escuchaba sorprendida la experiencia del anuncio, para terminar en la Glorieta de los Mineros, lugar de la antigua parroquia, donde hace treinta y ocho años los más viejos gozábamos por primera vez de la Buena Noticia, comprobando que cuando ésta se acoge se realiza. Cristo, que ha muerto en la cruz por nuestros pecados, nos da la vida. Por ello, llevamos a cabo esta misión que nos encomienda la Iglesia: anunciar a toda la gente el amor de Dios.

Celestino Gómez Casilda
(Camino Neocatecumenal)

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