«La parroquia sigue siendo una referencia importante para el pueblo cristiano, incluso para los no practicantes, aunque necesita de estructuras más adecuadas y, sobre todo, de un nuevo impulso», así se recoge en el artículo 67 de la exhortación apostólica de Juan Pablo II «Catechesi Tradendae». De ahí que, como objetivo general del cuatrienio que engloba el Plan Diocesano de Evangelización, se pretenda revitalizar la parroquia – pastoral y espiritualmente- en su misión de anuncio, celebración y testimonio de la fe; y sea, también, un ámbito de encuentro y comunión al interior de ella misma, y de acogida y evangelización hacia fuera.
Este objetivo se ha venido desarrollando a través de la programación pastoral de los tres cursos anteriores. Ahora, se cierra esta progresión con el objetivo específico de este curso 2013-2014 que, al tratarse del último año del cuatrienio pastoral del Plan Diocesano de Evangelización, tiene carácter de síntesis.
«La parroquia, tarea de todos» es el lema que se ha escogido para este año en el que se pretende «fortalecer la renovación de la parroquia, afianzando -en sus miembros- el sentido de pertenencia eclesial y de colaboración; y, -en el sacerdote-, el sentido de pastor de la comunidad y de comunión en el presbiterio diocesano».
En palabras de nuestro pastor, «la Evangelización, es decir, el anuncio del Evangelio a todas las gentes, es tarea que corresponde a todos los cristianos, y la parroquia es el ámbito donde esta proclamación, educación, celebración y transmisión de la fe encuentra su medio más adecuado y abierto». Y así lo quiso transmitir en la Misa de inicio del Curso Pastoral, que presidió el pasado jueves, 3 de octubre, en la Santa Iglesia Catedral, en la que todo el Pueblo de Dios fue enviado a la tarea pastoral mediante lo que comúnmente se denomina «missio». El obispo señaló, de forma especial, el sentido de pertenencia de unos para otros y lanzó una íntima pregunta para todos los presentes: ¿qué puedo hacer yo por los demás? ¿cómo puedo servir mejor?…