Este Jubileo de la Misericordia, abrió sus puertas con la Vigilia de la Inmaculada Concepción, y en sentido práctico con una acogida manifiesta por los miembros de Cáritas y sus voluntarios. A quienes no tienen lo indispensable para comer cada día se le ofreció una comida preparada con toda la amabilidad y acogida de este grupo parroquial. Fue una satisfacción compartir el pan de fraternidad y amistad en los pórticos de la Navidad.
Se hicieron tres platos: potaje de garbanzos, paella y espaguetis y de postre arroz con leche y melocotones en almíbar. Las familias valoraron muy positivamente el gesto solidario de Cáritas y de asistencia al necesitado, pues aunque no hay un comedor social llegó a evocar aquel que existió hace aproximadamente cincuenta años. Sirvió para compartir una ilusión pues hace más de cincuenta años que también Cáritas servía a un nutrido grupo de personas en aquel comedor social que hubo en Calañas.