El Seminario Diocesano de Huelva acogió ayer jueves, 17 de junio, un encuentro de presbíteros de nuestra Diócesis que ha servido para clausurar el Año Sacerdotal en Huelva. El orden del día ha contado con un momento de oración, presidido por nuestro obispo, José Vilaplana, con exposición del Santísimo y un intercambio de experiencias, así como un almuerzo de todo el Clero.
Nuestro Obispo ha realizado una valoración de este Año Sacerdotal, clausurado por el Papa Benedicto XVI en Roma el pasado 11 de junio, festividad del Sagrado Corazón de Jesús, y proclamado por el Santo Padre con motivo de los 150 años de la muerte del Santo Cura de Ars, Jean Marie Vianney. En palabras de nuestro Pastor, “ha sido un año para dar gracias a Dios por nuestro sacerdocio y para sentir la alegría de que Dios haya contado con nosotros para hacerse presente en medio de los hombres y ha sido también una llamada a vivir con mayor intensidad y profundidad el ministerio sacerdotal y así ser más creíbles en medio del mundo”.
Además, ha señalado que, aunque el año conmemorativo se haya clausurado, “debe permanecer en el corazón del clero, para continuar sus frutos en cuatro dimensiones: dejar en los sacerdotes un deseo más grande de parecerse a Jesucristo Buen Pastor, de identificarnos con Él; también de ver cómo podemos crear comunidad, porque algunas veces los cristianos vivimos la fe de manera individualista, sin descubrir que nos necesitamos unos a otros; una tercera dimensión es la que se refiere a que el sacerdote sienta la fraternidad con otros compañeros del ministerio, ya que estamos en un momento difícil en el que necesitamos ayudarnos mutuamente y complementarnos; por último, este año ha sido una llamada a estar más cerca de todos los que sufren”.
Para nuestro Obispo, el sacerdote como Pastor debe ser una persona que muestre la misericordia de Dios, especialmente, a los enfermos, a los que se sienten mal y solos y a los pobres.
