En la población de Lepe.
La organización Cáritas Diocesana hizo el pasado martes un llamamiento “urgente” a la población de Lepe para que aporte ropa y calzado de hombre de todas las tallas posibles para entregar a los inmigrantes que viven en los asentamientos que se reparten por el extrarradio de la localidad.
Fuentes de la organización señalaron que se necesita “todo tipo de ropa y calzado, que es lo más urgente en estos momentos”, ante la gran cantidad de personas sin recursos que viven en los asentamientos del entorno, en algunos casos, desde hace varios meses. Una situación que suele repetirse cada año en este pueblo fresero, donde acuden los inmigrantes con la esperanza de poder trabajar parte o algunos días de la campaña agrícola. Aunque no es el único de la provincia que vive este drama social.
Los voluntarios de la asociación están desbordados ante una situación que este año se está dando, con unas cifras que se calcula que en toda la provincia afecta a unas dos mil personas.
Para atender a estas personas, los voluntarios de la asociación se han organizado en unos locales propiedad de la iglesia en la calle Compás, donde dos días a la semana, los martes y jueves, atienden a decenas de personas que acuden a buscar algo de ayuda para poder vivir en el campo.
La alarma sobre las carencias de la población saltó hace meses; el director provincial de Cáritas Diocesana, Julio González, ya advirtió de que el programa de acogida de la organización había crecido un 40% en 2010 y se duplicó desde que la crisis empezó a castigar a la sociedad onubense en 2007. González explicó que algunas parroquias estaban desbordadas ante todos los casos de necesidad que les llegaban. Las asistencias a nivel de parroquia subieron un 20% en el último año.
