Cáritas Española aprueba el envío urgente de 200.000 euros a Cáritas Filipinas para apoyar las primeras acciones de respuesta a la emergencia Filipinas Tifón «Haiyan». Cáritas Española ha abierto una campaña de emergencia para dar respuesta la tragedia, en colaboración con la red de Cáritas Filipinas y Caritas Internationalis , para poner en marcha un dispositivo de emergencia.
El Tifón Haiyan, que el pasado 8 de noviembre azotó el centro de Filipinas con vientos de 275 km/h y olas de seis metros, ha dejado tras de sí un rastro de destrucción masiva en varias islas del país. Cáritas Diocesana se ha unido a la red de emergencia para responder a las necesidades del pueblo filipino tras esta catástrofe, poniendo a disposición de quienes quieran ofrecer algún donativo el siguiente número de cuenta: 2100- 7434-37- 2200241033
Según informes gubernamentales, un total casi 10 millones de personas se han visto afectadas en 39 provincias del país. El Gobierno ha registrado 1.798 personas fallecidas (aunque siguen haciéndose pronósticos que hablan de más de 10.000), 2.582 heridos y 82 desaparecidos. Es posible que la cifra aumente a medida que las operaciones de limpieza de escombros avancen y las comunicaciones se restablezcan.
La Red Cáritas, con Cáritas Filipinas al frente, está empezando a llevar las primeras ayudas a las regiones más afectadas por el tifón. Desde el primer momento, activó un plan urgente de respuesta a la emergencia y puso en alerta a las 86 diócesis de todo el país. Las principales necesidades que ha identificado son: alimentos, agua, saneamiento, refugio y medicamentos.
Cáritas ha adquirido lonas y tiendas de campaña, kits de alimentos y bienes no alimentarios, para 32.000 familias. Las primeras 1.100 lonas y kits ya han llegado a Cebú. Además, la oficina de Cáritas Manila se ha transformado en el centro de empaquetado y carga donde 250 voluntarios trabajan en turnos para organizar la ayuda destinada a las personas que viven en regiones más afectadas del país. Los voluntarios han estado preparando paquetes y envases familiares destinados a la provincia de Leyte, que se llevó la peor parte de la catástrofe.