El pasado miércoles celebrábamos, un año más, el Miércoles de Ceniza e iniciábamos la Cuaresma, una oportunidad de conversión hasta la celebración del Triduo Pascual, los días grandes para los cristianos, porque una vez más nos preparamos para celebrar la Pasión Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
En la vida del hospital, también se vive este tiempo de una manera muy especial. Un tiempo de gracia, de oración, de penitencia, de pedir la ayuda de Dios. Un tiempo adecuado para todos nosotros, como cristianos, de conversión y mirar hacia el crucificado. Por eso, este tiempo de. Cuaresma se vive más en profundidad en el hospital. Acompañar, escuchar y aliviar al enfermo de su angustia, en definitiva, dar esperanza a cualquier enfermo y cuidar de una vida digna hasta el final.
La labor del capellán, en este tiempo, debe ser acercar al enfermo al anuncio de esperanza, de que Cristo se entrega por nosotros, derrama su sangre para el perdón de los pecados y para anunciarnos que todos hemos sido liberados del poder de la muerte. Así se ha comenzado a vivir la Cuaresma también en el Hospital Comarcal de Baza, como un tiempo de gracia para poder renovar y vivir con profundidad esa alegría del misterio Pascual.
Rafael Tenorio
Capellán del Hospital Comarcal de Baza