
El 20 de febrero hemos celebrado nuestra llegada a la Diócesis de Guadix. Un motivo de mucha alegría y gratitud por la posibilidad que se nos brinda de poder servir a esta Iglesia desde nuestro carisma, como Hermanas Obreras del Corazón de Jesús.
Sí, después de que el Señor Obispo nos pidiera la apertura de una comunidad, nos sentimos muy ilusionadas con este proyecto que comprendía varias misiones: la atención del albergue diocesano, la colaboración en la sacristía de la catedral y hacer presencia en alguna de las parroquias. Con esta propuesta llegamos a Guadix el 20 de febrero de 2020 y, aunque el año que hemos vivido ha sido difícil y extraño, al igual que para todos, aquí estamos, con los mismos deseos y ganas de seguir sirviendo a la Iglesia en lo que esté a nuestro alcance y podamos.
Iniciamos esta andadura solamente dos hermanas y actualmente formamos la comunidad tres. Desde el comienzo nos hemos sentido acogidas y acompañadas y es algo que ayuda mucho en todo comienzo. La semilla sólo puede arraigar cuando la buena tierra la acoge y esa es nuestra experiencia.
Aprovechamos esta oportunidad para expresar nuestro agradecimiento al Señor Obispo, a los sacerdotes y a todas las personas que durante este año nos han manifestado su afecto, cercanía y ayuda.
Confiamos que el correr del tiempo y el recobrar la normalidad perdida por la crisis sanitaria nos permita ir haciéndonos presentes en otros ámbitos que también forman parte de nuestra misión y carisma. Ciertamente, siempre seremos una presencia sencilla y modesta en una diócesis con muchas necesidades, pero aquí estamos para servir y dar gloria a Dios con nuestro servicio.
Hnas. Obreras del Corazón de Jesús