
Si alguna vez has salido a caminar o has peregrinado a algún lugar, te habrás encontrado con gente a tu alrededor. Pero sin ir tan lejos, basta con que salgas hoy a la calle y eches un vistazo a quienes te encuentras en el trayecto al colegio, a la universidad, o al entrenamiento por la tarde. Quizá, tras la lectura de hoy hagas un recorrido distinto. Te animo a que leas despacio.
Palabra
Respondió Jesús diciendo: «Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo. Pero un samaritano que iba de viaje llegó a donde estaba él y, al verlo, se compadeció, y acercándose, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y le dijo: “Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré cuando vuelva”. ¿Cuál de estos tres te parece que ha sido prójimo del que cayó en manos de los bandidos? ». Él dijo: «El que practicó la misericordia con él». Jesús le dijo: «Anda y haz tú lo mismo» (Lc 10, 30-37).
Para pensar, para rezar
Si te fijas, “simplemente” se trata de ayudar al que me encuentro en el camino: la persona mayor que necesita el asiento en el autobús, el niño que me mira cuando cruzo el semáforo en rojo, mis padres cuando necesitan que les eche una mano…
Queridos amigos, queridos jóvenes: «Sed, –os lo pido por favor–, sed los jóvenes samaritanos que nunca abandonan a nadie tirado en el camino. En el corazón, otra pregunta: “¿Alguna vez abandoné a alguien tirado en el camino? ¿Un pariente, un amigo, amiga?”. Sed samaritanos, nunca abandonéis al hombre tirado en el camino. Sed los jóvenes cirineos que ayudan a Cristo a llevar su cruz y se comprometen con el sufrimiento de sus hermanos. Sed como Zaqueo, que transformó su enanismo espiritual en grandeza y dejó que Jesús transformara su corazón materialista en un corazón solidario. Sed como la joven Magdalena, apasionada buscadora del amor, que sólo en Jesús encuentra las respuestas que necesita. Tened el corazón de Pedro, para abandonar las redes junto al lago. Tened el cariño de Juan, para reposar en Jesús todos sus afectos. Tened la disponibilidad de nuestra Madre, la primera discípula, para cantar con gozo y hacer su voluntad» (Card. Raúl Silva Henríquez, Mensaje a los jóvenes. 7.X.1979. Adaptación).
¿A quién abandono yo? ¿A quién podría ayudar? ¿Quiénes son esas personas que me encuentro en el camino y que necesitan de mí?
Misión del día
Hoy te invitamos a echar una mano a quien creas que lo puede necesitar: visita a tus abuelos, ayuda a un compañero, colabora en casa…
Oración
En los caminos de la vida Señor, los caminos de la vida están llenos de sorpresas, y más si vamos por la periferia siguiendo tus huellas; pues, aunque tratemos de ocultarlos, antes o después, se hacen presentes quienes están condenados, por nuestras leyes y costumbres, a ser invisibles. Danos tus ojos, tu corazón, tus entrañas, tu empatía y compasión más viva… Y líbranos de pedirles y exigirles lo que no les dignifica: que cumplan nuestras leyes estrictamente. Ayúdanos, Señor, a seguir tus pasos, a dejarnos sanar para sanar a los hermanos… Y si brota el agradecimiento, que sea desde lo más hondo: libre, sincero, espontáneo… como el del leproso samaritano.
Florentino Ullibarri
Para escuchar
— Elijah. Matthew and the Atlas:
https://www.youtube.com/watch?v=N4UgRVHwR1c
— La misericordia. Hakuna: