El pasado día 31 de agosto, tuvo lugar en Castril, un acontecimiento religioso que perdurará mucho tiempo en nuestro recuerdo. Se trata de la Peregrinación a la Pila Bautismal de la parroquia de Castril, con motivo del Año de la Fe en el que aún estamos.
Pero comencemos por el principio.
La primitiva idea, partió del amigo José Carlos Pérez y ésta consistía en reunir a todos los párrocos vivos que hubieran administrado en la Parroquia castrileña el sacramento del bautismo, para en una concentración multitudinaria, renovar las promesas de este sacramento con motivo de la celebración del Año de la Fe.
Pero pronto se vieron las dificultades de este proyecto, pues desgraciadamente de estos sacerdotes quedan pocos vivos y de estos pocos, algunos son ya algo mayores y otros tienen demasiadas ocupaciones. Por lo que se cambió este primer proyecto por otro, que aunque más ambicioso resultó a la larga, más espectacular.
Se trataba de concentrar en la Parroquia de Ntra. Sra. de los Ángeles de Castril a todos los bautizados diseminados por la geografía de su municipio; casco urbano, aldeas y cortijos. Pero no peregrinaron solos, sino que acudieron con las imágenes de sus Santos Patronos, despreciando todas las dificultades que eso conlleva.
Ya con la nueva idea elaborada, comenzaron los preparativos; se editaron unos murales realizados por el dibujante Patxi FANO con una idea muy sugestiva y original, en la que se incluía una imagen de nuestra iglesia parroquial junto a su Peña coronada por la imagen del Sagrado Corazón de Jesús que resaltado en dibujo rociaba con agua bendecida desde su corazón al lugar de encuentro y reunión por excelencia, la Iglesia, representada realmente por el pétreo monumento visible y que a su vez era sostenida por nuestra Pila Bautismal Madre. También se editaron unos programas de mano con esta misma portada y en los que se incluía el programa de actos junto a algunas oraciones, justificación de la peregrinación y obras literarias.
Y por fin llegó el esperado día. Nuestra Iglesia Parroquial estaba engalanada con todos sus atractivos, las imágenes de nuestros Santos Patronos presidían el Altar Mayor, donde también se había colocado provisionalmente la Pila Bautismal. Las Hermandades Parroquiales del Santísimo Sacramento, Ntra. Sra. de los Dolores y del Rosario y Consuelo, con sus cetros y estandartes, acompañando a la cruz parroquial, se instalaron en una tribuna, frente al Ayuntamiento, para dar la bienvenida a los visitantes y comenzó el esperado desfile: abría la marcha la imagen de San Juan Bautista acompañada por los vecinos de Fuentes Nuevas, le seguía San Antonio de Padua portada por los vecinos de Almontaras que acompañaba un numeroso grupo de mujeres vistiendo el traje típico local, tras estos, la imagen de Ntra. Sra. del Rosario de Fátima, portada por los vecinos de la barriada de este mismo nombre, la Virgen de Tíscar, con los vecinos de Fuente Vera, San Isidro Labrador, acompañada por los vecinos de Campo Cebas, la Virgen de la Cabeza, por los de La Solana y finalmente la imagen de Ntra. Sra. del Pilar, acompañada de los vecinos de Los Cortijillos.
Era impresionante ver el gentío que abarrotaba la plaza y la alegría que desbordaban sus amorosos corazones. El Hermano Mayor de la Hermandad Patronal de Castril les dedicó unas frases de agradecimiento y bienvenida, en las que recordó que precisamente por estas fechas, se cumplían sesenta años, de otra concentración similar que con motivo de la consagración de esta Villa al Sagrado Corazón de Jesús se entronizó la imagen de Ntro. Señor coronando la Peña.
Los vecinos de cada anejo, fueron depositando en unas ánforas preparadas al efecto, las aguas que portaban cada uno desde su procedencia y después todos formando un cortejo nos encaminamos a la Iglesia Parroquial, tras haber despedido cada imagen con una oración especial.
Ya en la iglesia y tras colocar cada imagen en los sitios destinados al efecto, se celebró la Sagrada Eucaristía, en la que se procedió a la bendición de las aguas originales y a la renovación de las promesas bautismales.
Terminados estos actos, nuevamente se organizó el cortejo, para acompañar y despedir a los peregrinos hasta las afueras del pueblo en esta ocasión con el Santo Cristo del Consuelo.
Es inenarrable, la alegría, la fraternidad cristiana, el agradecimiento recíproco y en suma el amor que Dios derrama entre sus hijos, en estos actos de hermandad y de fe.
José Manuel Sánchez Ruiz
Hermano Mayor del Rosario y Consuelo de Castril