DOMUND 2023:
“Corazones ardientes, pies en camino” (Cf. Lc 24,13-35)
El mes de octubre es el mes misionero por excelencia y desde
1926, el penúltimo domingo de este mes, en este curso el 22 de
octubre, celebramos el domingo mundial de las misiones, el
DOMUND. Renovemos nuestro celo por la evangelización en el
mundo actual.
Este año con el lema “Corazones ardientes, pies en camino
(Cf. Lc 24,13-35)”, inspirado en el relato de los discípulos de
Emaús, recordamos que, desde los primeros discípulos y a lo largo
de la vida de la Iglesia, han sido mucho los corazones ardientes que
se han encontrado con el Señor resucitado e inmediatamente se
han puesto en camino, para anunciar al que ellos han encontrado a
quienes no lo conocen. Encontrarnos con Cristo lleva implícito
anunciarlo en los caminos del mundo, especialmente en aquellos
lugares donde no ha llegado la fe. Es la misión ad gentes que
nuestros queridos misioneros realizan, llevando el evangelio a
lugares lejanos, en nombre de todos nosotros.
El Papa Francisco en su mensaje para esta Jornada Mundial de las
misiones 2023 nos regala una meditación preciosa sobre el pasaje
de los discípulos de Emaús, que os invito a leer y orar. Nos
recuerda que, en la misión, la Palabra de Dios, que es Jesús
mismo, “puede abrasar, iluminar y transformar el corazón”.
“Dejemos que Él encienda nuestro corazón, nos ilumine y nos
transforme, de modo que podamos anunciar al mundo su misterio
de salvación con la fuerza y la sabiduría que vienen de su Espíritu”.
Jesús en la Eucaristía es el culmen y la fuente de la misión: “Cristo
que parte el pan se convierte ahora en el Pan partido” que impulsa
a los discípulos a “comunicar a todos la experiencia del encuentro
con el Resucitado”. “Partir el Pan eucarístico es la acción misionera
por excelencia, porque la Eucaristía es fuente y cumbre de la vida y
de la misión de la Iglesia”. Y afirma que “lo que el mundo necesita
es el amor de Dios, encontrar a Cristo y creer en Él”. “Hoy más que
nunca la humanidad, herida por tantas injusticias, divisiones y
guerras, necesita la Buena Noticia de la paz y de la salvación en
Cristo”. En la oración diaria y en la adoración permanecemos
unidos a Él y podemos convertirnos en “místicos en acción”. “Y este
amor es el que hace que la Iglesia en salida sea siempre joven, con
todos sus miembros en misión para anunciar el Evangelio de
Cristo”. En el proceso sinodal que vivimos – comunión, participación
y misión- todos estamos llamados a ponernos “en camino, como los
discípulos de Emaús, escuchando al Señor resucitado que siempre
sale a nuestro encuentro para explicarnos el sentido de las
escrituras y partir para nosotros el Pan, y así poder llevar adelante,
con la fuerza del Espíritu Santo, su misión en el mundo”.
Toda la Iglesia, madre que ayuda a sus hijos según sus
necesidades, reza por la labor evangelizadora y promueve el
espíritu misionero, ayudando al Papa, con una colecta, al
sostenimiento y crecimiento de la Iglesia en el mundo y de los 1.119
territorios de misión, representando un tercio de las diócesis del
mundo, donde viven casi la mitad de la población mundial. Más de
la mitad de las escuelas católicas están en las misiones. La Iglesia
construye de media dos instituciones sociales y seis educativas al
día en las misiones. En su mensaje el Papa nos recuerda que
“todos pueden contribuir a este movimiento misionero con la oración
y la acción, con la ofrenda de dinero y de sacrificios, y con el propio
testimonio. Las Obras Misionales Pontificias son el instrumento
privilegiado para favorecer esta cooperación misionera en el ámbito
espiritual y material. Por esto, la colecta de donaciones de la
Jornada Mundial de las Misiones está dedicada a la Obra Pontificia
de la Propagación de la fe”. Oración, tiempo en el voluntariado y
donativo, nos hacen participes de la única misión de la Iglesia.
Agradezcamos la gran labor de nuestros 10.000 misioneros
españoles, entre los que tenemos a nuestros queridos diocesanos
en Honduras. Esta diócesis os tiene en cuenta, queridos
misioneros. Siempre en comunión afectiva y efectiva con vosotros.
También agradecemos los trabajos de nuestro delegado diocesano
de misiones por dinamizar esta dimensión constitutiva de nuestra fe.
Pidamos a Santa Teresita de Lisieux, patrona de las misiones que
nos ilumine siempre para ser “Corazones ardientes pies en camino”,
de la mano de la Virgen María, Madre de los discípulos misioneros
de Cristo y Reina de las misiones.
Con mi afecto y bendición.
+Francisco Jesús Orozco Mengíbar
Obispo de Guadix