“Los Padres sinodales se refirieron a las actuales «tendencias culturales que parecen imponer una afectividad sin límites, […] una afectividad narcisista, inestable y cambiante que no ayuda siempre a los sujetos a alcanzar una mayor madurez». Han dicho que están preocupados por «una cierta difusión de la pornografía y de la comercialización del cuerpo, favorecida entre otras cosas por un uso desequilibrado de Internet», y por «la situación de las personas que se ven obligadas a practicar la prostitución.
En este contexto, «los cónyuges se sienten a menudo inseguros, indecisos y les cuesta encontrar los modos para crecer. Son muchos los que suelen quedarse en los estadios primarios de la vida emocional y sexual. La crisis de los esposos desestabiliza la familia y, a través de las separaciones y los divorcios, puede llegar a tener serias consecuencias para los adultos, los hijos y la sociedad, debilitando al individuo y los vínculos sociales». Las crisis matrimoniales frecuentemente «se afrontan de un modo superficial y sin la valentía de la paciencia, del diálogo sincero, del perdón recíproco, de la reconciliación y también del sacrificio. Los fracasos dan origen a nuevas relaciones, nuevas parejas, nuevas uniones y nuevos matrimonios, creando situaciones familiares complejas y problemáticas para la opción cristiana»” (AL 41).
Comentario: La vida afectiva es un componente decisivo en relación a la madurez del ser humano. El Papa no es ajeno a esta realidad y pone el ojo en ella. Gran parte de las crisis matrimoniales responde a una inmadurez afectiva («narcisista, inestable, cambiante»). El drama de muchas parejas es quedarse en esos signos de inmadurez y no encontrar los caminos para el crecimiento y la maduración. Por eso el Papa advierte que las crisis matrimoniales frecuentemente no se afrontan con responsabilidad y voluntad de superación. Si no buscamos los cauces adecuados para acompañar y discernir estas problemáticas, matrimoniales y familiares, nos exponemos a graves consecuencias para los individuos y para la sociedad.
José Antonio Robles Navarro
Nos preparamos para la Jornada de las familias (24 de Junio en Guadix). Cada día se nos ofrece un pequeño texto de La Exhortación del Papa Francisco Amoris laetitia. Nos ayudará un breve comentario que acompañará al texto magisterial. Se trata de que dediquemos un rato a meditar la reflexión del Papa. Quedan invitados los matrimonios a trabajar juntos el texto. Y por supuesto, esta ventana quiere estar abierta a posibles comentarios, reflexiones compartidas, sugerencias. Ojalá que la meditación diaria de Amoris laetitia suscite un diálogo fluido a través de este medio web.