El obispo de Guadix bendijo este domingo a una quincena de niños y niñas en la catedral, e invitó a “pedir a todos los que tienen en sus manos decisiones políticas, económicas o empresariales, que sigan apostando por nuestra tierra, que haya trabajo para poder construir verdaderas familias, que no tengan que emigrar de nuestra tierra”.
El obispo de Guadix, Mons. Francisco Jesús Orozco, bendijo a una quincena de niños y niñas que, nacidos o bautizados en 2021, fueron presentados ante el Señor y la Virgen Santísima. La celebración tuvo lugar en la catedral, el domingo 30 de enero, en el transcurso de la Misa de 12, una celebración preparada por la delegación de Familia y Vida.
El obispo, en la homilía se refirió a la muestra de amor que suponen los hijos, amor de los padres, pero también de Dios: “en vuestros hijos veis expresado vuestro amor y también el amor que Dios os ha tenido”. Y, frente a una cultura hedonista y materialista, que considera a los hijos como un sacrificio, el obispo destacó que los hijos son, sobre todo, un don recibido de Dios y la mayor expresión del amor conyugal.
También comentó el obispo cómo le habló al papa Francisco, en su reciente visita ad limina, de Guadix y de que “vivimos en una tierra muchas veces abandonada por los grandes, tierra llamada de la España vaciada, y me daba un mensaje para todas las familias de Guadix: que apuesten por la vida, porque la vida y el nacimiento de un hijo y la natalidad se convierten en la verdadera fuente de esperanza para el mundo, para la sociedad y para la Iglesia”.
En este sentido, en su homilía, el obispo invitó a “pedir a todos los que tienen en sus manos decisiones políticas, económicas o empresariales, que sigan apostando por nuestra tierra, que haya trabajo para poder construir verdaderas familias que no tengan que emigrar de nuestra tierra”.
Antes de finalizar la celebración, el obispo y los delegados de Familia y Vida, Jesús Galera e Inmaculada Triguero, regalaron a los niños y niñas un escapulario bendecido. El obispo les dijo a los padres, al entregar los escapularios que con ellos “pedimos la bendición y protección de la Virgen en la vida de vuestros hijos”. Y terminaron todos haciéndose una foto de familia.
Con este acto, los delegados de Familia y Vida han querido aprovechar que la Iglesia celebra el 2 de febrero la fiesta de la Presentación del Señor en el templo para bendecir y presentar a los niños pequeños, nacidos o bautizados durante el año pasado. Sin duda, también, un día para agradecer a Dios el don de la vida y el de la maternidad y paternidad.
Antonio Gómez
Delegado diocesano de MCS. Guadix