La Misa Crismal se celebra el Martes Santo, a las 12 de la mañana, en la catedral accitana. Una celebración muy especial a la que estamos invitados todos.
Este martes 10 de abril, martes santo, la catedral accitana acoge la celebración de la Misa Crismal. Será a las 12 de la mañana, concelebrarán todos los sacerdotes de la diócesis y estará presidida por el Obispo, Mons. Ginés García. Se trata de una celebración singular, a la que pueden asistir los fieles que quieran. De hecho, vendrán de diferentes pueblos de la diócesis a participar en una Misa de la que saldrá una procesión de óleos desde la catedral hasta las parroquias, para la administración de los Sacramentos.
Si hay un colectivo llamado a asistir a esta Misa Crismal es el de los chicos y chicas que se van a confirmar. En esta celebración se va a consagrar el Crisma con el que serán ungidos el día se confirmen. También ocupan un lugar importante en la celebración los sacerdotes, que renuevan sus promesas sacerdotales y que viven la Misa Crismal como un momento de renovación de su ministerio sacerdotal.
Se trata, sin duda, de una celebración muy especial, muy solemne y muy significativa, que llega cada Semana Santa y a la que estamos invitados todos.
Oleos y Crisma para todo el año
La Misa Crismal tiene su lugar específico en el itinerario de la Semana Santa. Su lugar es el Jueves Santo, por la mañana, antes de la celebración de la Cena del Señor. Sin embargo, por razones pastorales y para facilitar la asistencia de los sacerdotes y los fieles que lo deseen, se adelanta a la mañana del martes. Aunque cambie de día, no pierde su significación ni su solemnidad.
Además de la celebración de la Eucaristía, en esta Misa, los sacerdotes renovarán las promesas sacerdotales, que un día hicieron cuando fueron ordenados, muchos de ellos en la misma catedral. Por eso, es una celebración muy especial para todos los sacerdotes y para el mismo Obispo.
Además, durante la Misa Crismal, el Obispo bendecirá los Óleos y el Crisma que van a ser utilizados durante el año en las parroquias para la administración de los sacramentos: el Óleo de Catecúmenos, el de Enfermos y el Crisma. Esto hace que se trate de una celebración cargada de sentido para toda la comunidad eclesial. Una vez terminada la celebración, estos Óleos y el Crisma iniciarán una “procesión” hasta las distintas parroquias de la Diócesis. En algunas, el Jueves Santo habrá un rito de recibimiento de los Óleos y del Crisma, conectando así lo celebrado en la catedral con lo vivido en la parroquia.
Antonio Gómez