
La Misa Crismal se celebra el Martes Santo, a las 11 de la mañana, en la Catedral accitana. Una celebración muy especial a la que estamos invitados todos
Este martes 14 de abril, Martes Santo, la Catedral accitana acoge la celebración de la Misa Crismal. Será a las 11 de la mañana, concelebrarán todos los sacerdotes de la diócesis y estará presidida por el obispo, Mons. Francisco Jesús Orozco. Se trata de una celebración singular, a la que pueden asistir los fieles que quieran. De hecho, vendrán de diferentes pueblos de la diócesis a participar en una Misa de la que saldrá una procesión de óleos desde la Catedral hasta las parroquias, para la administración de los Sacramentos.
Antes, a las 10 de la mañana, los sacerdotes están convocados en la iglesia del Sagrario para tener un tiempo de retiro espiritual, con una meditación dirigida por el sacerdote Joaquín Caler.
Se trata, sin duda, de una celebración muy especial, muy solemne y significativa, que llega cada Semana Santa y a la que estamos invitados todos.
Oleos y Crisma para todo el año
La Misa Crismal tiene su lugar específico en el itinerario de la Semana Santa. Su lugar es el Jueves Santo, por la mañana, antes de la celebración de la Cena del Señor. Sin embargo, por razones pastorales y para facilitar la asistencia de los sacerdotes y los fieles que lo deseen, se adelanta a la mañana del martes. Aunque cambie de día, no pierde su significación ni su solemnidad.
Además de la celebración de la Eucaristía, en esta Misa, los sacerdotes renovarán las promesas sacerdotales, que un día hicieron cuando fueron ordenados, muchos de ellos en la misma Catedral. Por eso, es una celebración muy especial para todos los sacerdotes y para el mismo obispo.
Además, durante la Misa Crismal, el obispo bendecirá los Óleos y el Crisma que van a ser utilizados durante el año en las parroquias para la administración de los sacramentos: el Óleo de Catecúmenos, el de Enfermos y el Crisma. Esto hace que se trate de una celebración cargada de sentido para toda la comunidad eclesial. Una vez terminada la celebración, estos Óleos y el Crisma iniciarán una “procesión” hasta las distintas parroquias de la Diócesis. En algunas, el Jueves Santo habrá un rito de recepción de los Óleos y del Crisma, conectando así lo celebrado en la Catedral con lo vivido en la parroquia.
Antonio Gómez