

Un año más, los más pequeños de las catequesis de Primera Comunión y Confirmación, de Pedro Martínez, acompañados por sus catequistas, padres, madres y familias —algunas de ellas vinculadas a la Pastoral Gitana de la parroquia— han salido al encuentro de los abuelos de la residencia y de los enfermos que, cada semana, reciben la Sagrada Comunión en sus casas, llevándoles al Niño Dios recién nacido. Fue el pasado 30 de diciembre, en una jornada muy navideña.
Lo han hecho, como en otras ocasiones, de una manera muy especial: representando un sencillo y entrañable Belén viviente, en el que no faltaban el Niño Dios del Nacimiento de la Parroquia, mientras los niños representaban a la Virgen María, San José, los pastores y el entrañable burro del pueblo, al que llaman Julián Muñoz. Acompañados de villancicos, sonrisas y gestos llenos de ternura, han llevado la alegría y la luz de la Navidad a quienes más la necesitan.
Ha sido un hermoso momento de encuentro, fe y cercanía, en el que los mayores han recibido no solo la visita del Niño Dios, sino también el cariño de una Iglesia viva que no se olvida de ellos y que, como el propio Dios en Navidad, sale al encuentro de los más frágiles.
Juan Diego Tapia
Párroco de Pedro Martínez

