La celebración, en la que los niños expresaron su agradecimiento a las hermanas, estuvo presidida por el obispo de Guadix.
La comunidad de religiosas Esclavas de la Inmaculada Niña, de Guadix, más conocidas entre los accitanos como las religiosas de la Divina Infantita, han despedido a tres de sus hermanas, que dejan la ciudad de Guadix para iniciar otras tareas en la congregación. Con una Misa de acción de gracias por su labor la comunidad de Guadix y los niños que hay en el colegio, han podido despedirlas. La Eucaristía, celebrada el 17 de enero, ha estado presidida por el obispo de Guadix, Mons. Francisco Jesús Orozco, y ha sido presidida por el capellán de las religiosas, Manuel Millán.
Una de las hermanas que se va de Guadix es Madre Inmaculada, que ha sido elegida como Provincial en el último capítulo de la congregación, celebrado esta navidad. Inmaculada Castro es gallega, llevaba 6 años en la comunidad de Guadix y ha sido directora del colegio y de la escuela hogar durante este tiempo.
Otra de las hermanas que se va es Madre Flor María, natural de Gor y que ha sido general de la congregación hasta hace unos tres años. Llevaba en la comunidad de Guadix solo unos meses y marcha porque ha sido elegida secretaria del consejo provincial.
Finalmente, Madre Salvador, de avanzada edad, deja la comunidad de Guadix porque ha sido destinada a la comunidad de mayores, después de haber vivido 60 años de compromiso como religiosa.
Las tres hermanas se han dedicado en alma y cuerpo a la gran tarea que iniciaron el P. Federico Salvador Ramón y la M. Rosario Arrevillaga para la atención a los más pequeños y, también, a los más desfavorecidos. En Guadix, las hermanas tienen un colegio que goza de gran prestigio en la ciudad y la comarca. Pero, también, tienen una escuela-hogar donde un grupo de niños y niñas, que vienen de familias con necesidad o desestructuradas, encuentran la ayuda, el amparo y la protección que necesitan en estas verdaderas madres.
Al final de la celebración, los niños han hecho algunos regalos a las hermanas que se van y les han leído cartas de agradecimiento.
Manuel Millán